Más allá del rechazo al Presupuesto 2022 que se dio la semana pasada en Diputados, el Gobierno deberá avanzar en algunos puntos claves de ordenamiento en los precios relativos. El más paradigmático es el de las tarifas de energía.

Para el Instituto para el Desarrollo Social Argentino (IDESA) es “urgente” acordar medidas respecto a este tema, para evitar profundizar la crisis. El atraso tarifario se cubre con subsidios, que ahora llegan al 56% del costo de la electricidad y para 2023 podría alcanzar el 80%, incrementando desequilibrios internos.

Con información publicada por la Oficina de Presupuesto del Congreso, IDESA realizó un ejercicio de simulación sobre la evolución de las erogaciones públicas sobre las boletas de electricidad. En 2021 los subsidios a la energía cubren el 56% del costo de la factura.

“Si la tarifa se mantiene congelada y la inflación en el 50% anual, en 2022 los subsidios pasarán a representar el 70% del costo. En 2023, los subsidios pasarán a representar el 80% del costo de la electricidad”, afirmó el instituto en un reporte.  

Tarifas de electricidad: advierten sobre la importancia de avanzar hacia el descongelamiento

Estos datos son estimativos, pero alcanzan para mostrar que la estrategia de congelar la tarifa eléctrica en un entorno de alta inflación tiene efectos sobre la economía que podrían complicar el mediano y largo plazo.

“Esto obliga a acelerar la emisión monetaria y al Banco Central a llevar a niveles insostenibles el stock de Leliq y pases para absorber los excesos de emisión. Si el Gobierno aspira a ser reelecto y la oposición a gobernar en el 2023, ambos deberían acordar una salida urgente del congelamiento tarifario para evitar llegar a una situación fiscal, social y políticamente insostenible, consignó el informe.

Tal como señalaron, son muchas las acciones que se necesitan adoptar para comenzar a ordenar las finanzas públicas y moderar la emisión monetaria, “pero ninguna tan urgente como replantear la política tarifaria”

El rechazado proyecto de presupuesto 2022 lo reconocía al contemplar una disminución de los subsidios a la electricidad como principal factor de reducción del déficit fiscal. El proyecto planteaba una baja del déficit primario desde el 4% del PBI en el 2021 al 3,3% del PBI en el 2022. Prácticamente la totalidad de esa reducción se explicaba por el recorte en los subsidios a la electricidad, que pasaban de 1,6% del PBI en el 2021 al 1% del PBI en el presupuesto 2022

“Este planteo despeja cualquier tipo de dudas respecto a que no hay ninguna posibilidad de detener la emisión monetaria desenfrenada si no cambia la política de tarifas de los servicios públicos”, graficó IDESA.

Ya existe cierto consenso dentro de la coalición gobernante es que habrá una reducción del gasto por el lado de los subsidios a las tarifas de energía que en 2021 representan cerca de US$ 10.000 millones. El mecanismo a utilizar será el de la segmentación, aunque todavía no hay detalles de una medida muy difícil de aplicar.

Un trabajo de los especialistas del IAE, Alejandro Einstoss y Julián Rojo, estimó que para el año que viene los subsidios económicos rondarán entre US$ 11.300 millones o US$ 15.600 millones. Los subsidios a las tarifas de energía serían una gran parte de esas erogaciones y su magnitud dependerá, entre varios factores, de lo que determine un acuerdo con el FMI.