¿Nueva oportunidad?
El conflicto internacional tendrá a nivel local un efecto ingreso positivo del sector agro exportador pero con un efecto negativo producto del gasto del sector, mientras que la inflación ahora probablemente contenga factores locales e internacionales.
Previo al inicio de las sesiones ordinarias del Congreso Nacional, se dio a conocer el EMAE, donde la actividad económica, en diciembre, registró un crecimiento del 0,9% (desestacionalizado). Esto implicó un avance interanual del orden del 9,8%. De esta forma, el acumulado (2021) estuvo en el 10,3%. Oficialmente, la actividad ya supera los niveles de diciembre de 2019 en un 5% aproximadamente.
A pesar de ello, sectores tales como Hoteles y Restaurantes (-27%) y Actividades de servicios comunitarias, sociales y personales (-20,4%) aún se encuentran por debajo de los niveles de la prepandemia. En línea con estos datos, el REM del BCRA afirma que hay una expectativa de crecimiento del 3% en promedio para este año.
Por otra parte, el INDEC señaló que, en diciembre, las ventas en centros de compras, a precios constantes, tuvieron una variación del 30%, respecto al mismo mes del año anterior. Aún están un 10,5% por debajo de los niveles de ventas del 2019. Asimismo, las ventas en supermercados, a precios constantes, registraron una variación del orden del 5,3% interanual y un aumento del 8,2%, respecto a 2019.
Tomando el intercambio comercial, para enero de 2022, se visualizó un flujo de exportaciones de u$s5.547 millones y uno de importaciones de u$s5.251 millones. Se alcanzó, de esta forma, un superávit comercial de u$s296 millones. Así, la variación interanual de las exportaciones se ubica en un 12,9% (se explica en un 20,5% por variación de precios y un descenso de 6,3% de cantidades).
Y la variación interanual de importaciones fue del 36,6% (debido a una suba de 13% en los precios y de 20,5% en las cantidades). En el plano financiero-monetario, el Ministerio de Economía, colocó más de $375.000 millones. Lográndose cubrir todos los vencimientos del mes ($316.588 millones) y finalizando febrero con una tasa de refinanciamiento del 143%.
Más allá de todo esto y frente a la situación internacional, los mercados, especialmente los energéticos, entraron en alerta (el petróleo subió por encima de los u$s100 el barril, esto no pasaba desde 2014, y el gas se disparó un 30% por la dependencia energética de la UE con Rusia). ¿Qué representa este conflicto para el mundo y para la Argentina? El primer canal de contagio fueron los mercados bursátiles:
1. El desplome semanal de la bolsa rusa fue del 27%, más allá del recupero y de las oscilaciones propias de los mercados
2. Los índices de Hungría, Eslovenia, Polonia, Austria y Letonia, con pérdidas de entre 5% y 10%. Lo que muestra que la región de Europa del Este, en menor medida, está siendo impactada por la crisis Ucraniana-Rusa
3. Con pérdidas menores y de hasta el 5% están el resto de los indicadores europeos. Se encuentran algunas excepciones tales como Suiza o Noruega
4. En Asia las caídas fueron superiores al 10%
5. El efecto en América fue más reducido
Lo cierto es que este conflicto va a generar problemas en el abastecimiento de bienes y de commodities, algo que ya se está reflejando o anticipándose en los precios internacionales. Posibles desvíos de la demanda podría beneficiar a la Argentina o países como el nuestro. El precio del trigo está 30% por encima de los valores del 2021, el maíz 20% y la soja 15%. Ya durante el 2021, los precios en dólares de las commodities se encontraba en niveles altos en comparación con el promedio de la última década (niveles récord en dólares corrientes).
Por esto, caben dos distinciones:
1. Para los países desarrollados, la disparada de los precios agrícolas y energéticos tienen consecuencias negativas, vía aumento de costos
Esto va a implicar mayores dificultades para lograr bajar las tasas de inflación (dependiendo de la extensión del conflicto y de sus consecuencias). Ya teníamos, a escala global, los cuellos de botellas que enfrentaban varias industrias y el encarecimiento de los fletes.
2. Considerando a la Argentina, como segundo punto, la primera impresión es que nos va a favorecer
Aunque, también, los precios más altos impactan en la energía que se importa. El efecto neto de la balanza comercial podría llegar a compensarse. También cabe señalar que por el lado de los precios, tanto por mayores precios de los productos exportados como por mayores costos de importaciones (y fletes que siguen incrementándose), la alta inflación del país tendrá un efecto acelerador más a los propios factores internos.
En síntesis, el impacto sobre la actividad económica es general. A nivel global, las consecuencias negativas son inevitables y la magnitud va a estar ligada a la mera evolución del conflicto. Por otro lado, la inflación seguirá erosionando los ingresos reales y habrá implicancias sobre los volúmenes comerciados globalmente. Más que nada si las sanciones sobre Rusia deben mantenerse en el tiempo.
En términos locales, tendremos el efecto ingreso positivo del sector agro exportador pero con un efecto negativo producto del gasto del sector (energía más cara). La inflación ahora probablemente contenga dos factores (locales e internacionales). Posiblemente, esto le ponga un tope a la recuperación real de los salarios y transferencias a jubilados y pensionados.