El profesor de la Universidad Johns Hopkins, Steve Hanke, aseguró que “el político que lidere una campaña por la dolarización se transformará en un héroe nacional” y que la gente “está harta del peso”.

“Hay que matar el peso. Es un veneno, un cáncer. Argentina podría ser el mejor país de Latinoamérica si se deshiciera de él”, aseguró Hanke en un reportaje que le concedió a la BBC y reprodujeron diversos portales internacionales.

Hanke, quien oficio como asesor del gobierno de Ecuador, para llevar adelanta le dolarización de la economía de ese país, también reveló que le planteó hacer lo mismo argentina en 1999 al entonces presidente Carlos Menem, quien había llevado adelante la Convertibilidad, la cual se terminó desplomando por el persistente déficit fiscal que afecto al país.

“La idea de dolarizar ha estado dando vueltas desde hace muchos años. Es que el peso es el talón de Aquiles de todos los problemas en Argentina y lo ha sido por más de un siglo”, dice el investigador del centro de estudios CATO Institute en Washington.

"Hay que matar el peso. El peso es un veneno, un cáncer", dice el economista, para que no queden dudas de su aversión, y recuerda que cada 10 o 12 años “Argentina enfrenta una crisis del peso, la economía colapsa, todos pierden sus ahorros”.

Este “es un buen momento” para llevar adelante la dolarización “porque la gente en Argentina está harta del peso. Ellos quieren deshacerse de esa moneda. Argentina debería abandonar el patético peso y ponerlo en un museo”.

Advirtió que “la inflación va a empeorar, el peso perderá su valor y todos seguirán tratando de conseguir dólares. El problema es que el Gobierno está tratando de detenerlos. En las últimas semanas ha creado más regulaciones para dificultar el acceso de los argentinos” a  la divisa.

“Si el dólar sube, quien quiera que sea el político que lidere una campaña por la dolarización se transformaría en un héroe nacional”, aseguró Hanke para quien la gente "está a favor del cambio”. 

En ese sentido, destaca que la clase media y las personas de bajos ingresos “son los que más pierden al tener un peso tan patético. Los ricos tienen su dinero en Uruguay, Miami o Nueva York. Son los trabajadores los más afectados. Hoy es el momento de dolarizar porque la idea está ganando terreno”.

Hanke consideró que el presidente Alberto Fernández podría llevar adelante este proceso porque “nunca sabes dónde empiezan las cosas. Es como el fuego. Primero comienza un fuego pequeño que crece y se convierte en un gran fuego. Si el gobierno quiere oponerse a la idea, se volverá muy impopular”.

En ese marco, advirtió que “la gente quiere deshacerse de los pesos y los que pueden se van a vivir a Uruguay. La gente está comprando hasta bitcoins. Si yo fuera un médico, le diría al paciente que su problema son los pesos”.

El profesor de la Universidad de Economía Aplicada también criticó la liberalidad que tiene el Gobierno con su política monetaria, la cual encontraría un freno con la dolarización. “El problema, precisamente: es que tienen flexibilidad y hacen las cosas mal. La oferta de dinero está creciendo a una tasa superior al 50% anual. Hay que ponerles una camisa de fuerza monetaria. Y la manera de hacerlo es dolarizar. Así el Banco Central no puede darle crédito a las autoridades fiscales”, dijo.

Para llevar adelante ese proceso, sugirió hacer un cambio en la Constitución, para que “si se quiere imponer cualquier nuevo impuesto, tendrían que hacerlo con una mayoría de 66% de los votos en el Parlamento”.
Además, la segunda regla fiscal “debería ser que si hay cualquier aumento del déficit fiscal, también debería ser aprobado por una mayoría de 66%. Si evitas el alza de impuestos y el aumento del déficit fiscal, el gasto del gobierno estará bajo control”.

Desestimó que no pueda dolarizarse la economía argentina como se hizo con Ecuador o Panamá, debido a sus particularidades y puso como ejemplo que “los países europeos que utilizan el euro tienen economías muy distintas y usan la misma moneda”.

Además, la competitividad se logra por ser más eficiente y no por el tipo de cambio. “Si las devaluaciones fueran tan geniales, Latinoamérica sería un gran motor de exportaciones. Al final, todas las monedas latinoamericanas son basura”, aseguró el economista.