La Aduana busca anular una medida cautelar que permitió la importación de US$ 20 millones en toallas, la cual había denunciado el ministro de Economía Sergio Massa en el Consejo de las Américas. La firma ingresó mercadería por solo el 10% del valor autorizado pese a haber invocado “urgencia” y se investiga también una posible falsificación de marca.

El 18 de agosto pasado, en el marco de su disertación ante el Consejo de las Américas, Massa volvió a denunciar a empresarios que sobrefacturaron importaciones o llevaron adelante maniobras ilegales para “robarle dólares al Banco Central”.

El ejemplo que dio el ministro de Economía fue "una cautelar de un juez planteando la urgencia de liberar 20 millones de dólares en toallas" y otro pedido para máquinas tragamonedas. ¿Cuál es la urgencia? ¿La Argentina necesita máquinas tragamonedas o necesita máquinas que aumenten la capacidad instalada de nuestras empresas para poder seguir creciendo y desarrollándose?".

Según informaron fuentes de la dependencia, la empresa Cityblanco S.A., que había invocado “urgencia” para  sortear el control de la Afip, obtuvo el 26 de noviembre del año pasado una medida cautelar que le permitía importar toallas por un valor cercano a los US$ 20 millones. Luego, la medida fue prorrogada en mayo último.

Sin embargo, la autorización judicial, que ya está próxima a cumplir un año, tiene actualmente un remanente de casi US$ 18 millones de libre disponibilidad. Aduana denunció esto ante el Juzgado Contencioso Administrativo Federal N°8 —que había habilitado a la empresa a sortear el control de la Afip— solicitando anular la vigencia de la medida cautelar.

La Aduana, entonces, objeta el “peligro de demora” invocado por la empresa, ya que, hasta que la detección de la maniobra, sólo había efectivizado importaciones por un valor equivalente a poco más del 10% de lo que había autorizado la justicia.

La segunda cuestión llamativa es que se inició un sumario por posible fraude marcario. La investigación está en pleno desarrollo y busca determinar si las toallas y el resto de los productos, además de haber ingresado mediante una cautelar, contienen uno o más elementos falsificados que replican una marca sin autorización. 

Así, la Aduana, en un trabajo coordinado con la DGI/AFIP, avanzó en inspecciones sobre la compañía involucrada en la megaimportación de toallas.

Los resultados son llamativos y replican lo ocurrido con la importadora que cedía sus cautelares a otras marcas: documentación vidriosa, presentaciones incompletas al fisco (que en aquel caso, incluso derivaron en actuaciones de la IGJ, que la consideró una “empresa fantasma”) y la apariencia de una sociedad sin la solvencia para realizar este tipo de operaciones de comercio exterior.