Era junio del 2018, ya había comenzado la crisis financiera que arrastraría al gobierno de Mauricio Macri hasta su fin, y la entidad Morgan Stanley Capital Investment (MSCI) y mejoró la calificación de Argentina de “mercado fronterizo” a “emergente”.

Ahora, esa casa de análisis de riesgo crediticio definirá entre el martes y el jueves, si vuelve a ubicar a Argentina a “la primer C” del mundo económico, o la mantiene en la categoría, junto a Brasil, Chile y Uruguay, entre otros.

Si desciende a mercado “fronterizo” ingresará en una plaza “en el que los inversores compran y venden con gran velocidad. Tendríamos que a acostumbrarnos a mayores niveles de volatilidad”, advirtió Lorenzo Zigaut Gravina, de la consultora Equilibra, a Data Clave.

La verdad es que las perspectivas no son muy favorables. Argentina demoró desde diciembre del 2015 hasta junio del 2018 para lograr ascender a “mercado emergente”, luego de haber arreglado la deuda con los holdouts, levantado el cepo, y liberar el mercado cambiario.

Ahora, el MSCI tendrá en cuenta no solo el cepo cambiario que rige desde septiembre del 2019, y sus posteriores endurecimientos, sino también el nivel de inflación, el escaso crecimiento de la economía, y la falta de expectativas de un arreglo de la deuda de US$ 2.4000 millones con el Club de París, y de US$ 44.000 millones con el Fondo Monetario internacional.

Fue el miércoles, con el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, en Washington, que el gobierno de Joe Biden le explicitó a su par argentino sobre la necesidad de que presente un plan económico.

El subsecretario del tesoro, Willy Adeyemo dialogó ese día con el ministro de Economía Martín Guzmán, sobre “las consultas de Argentina” con el Club de París, y la negociación pendiente para “un nuevo programa con el Fondo Monetario Internacional”.

La reunión de Masasa y Guzmán, días antes de que el presidente de la Cámara de Diputados emprenda su gira hacia Estados Unidos
La reunión de Masasa y Guzmán, días antes de que el presidente de la Cámara de Diputados emprenda su gira hacia Estados Unidos

En ese diálogo, el funcionario norteamericano le indicó al ministro que “un marco de política económica sólido para Argentina que ofrezca una visión de crecimiento del empleo en el sector privado contaría con el apoyo de Estados Unidos y de la comunidad internacional”, según informó el Tesoro a través de un comunicado, para que no quedara dudas de lo conversado.

Más allá de la respuesta oficial de parte de la vice Jefa de Gabinete, Cecilia Todesca, sobre que Argentina tiene un plan, pero que no le gusta a Washington, lo cierto es que la maquinaria internacional sigue su camino.

Si desciende a “fronterizo”, varios fondos de inversión no podrán, por estatuto, adquirir títulos de deuda pública, es decir, Argentina perderá una de sus pocas fuentes de financiamiento, al tiempo que quedarán fuera de las opciones de compra acciones de empresas argentinas que coticen en el exterior, como YPF, Banco Galicia, o Globant.

El dinero que estos fondos de inversión podrían traer a Argentina si llegara a subir su calificación “es poco para ellos, pero es mucho para el país debido a que el mercado de capitales argentino es muy chico”, reconoció Guillermo Phillips, de Economía y Sociedad.

Sin embargo, en el Palacio de Hacienda minimiza ese impacto y recuerdan que desde el 2007 y hasta el 2018 Argentina tuvo ese status, y la economía continúo, con sus altibajos, desarrollándose.

“Las inversiones en ‘fierros’ pueden pasar por otro lado”, reconocieron desde el propio entorno de Martín Guzmán, para quienes este descenso no afectaría en demasía a la economía el país.