Juan Luis Bour, Director de la Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas, dialogó mano a mano con Data Clave luego de conocerse el entendimiento entre el Gobierno y los bonistas. El acuerdo del canje de deuda con tres grupos de acreedores extranjeros aleja a la Argentina del default.

Data Clave: ¿Es un buen acuerdo el anunciado por el Gobierno?

Juan Luis Bour: Un buen acuerdo es el que logra una amplia adhesión y se cumple. Lo primero probablemente se logró (hay que esperar el comunicado del grupo de acreedores). Lo segundo: requiere muy bajo esfuerzo en los primeros años. Se puede cumplir.

DC: ¿Todos los bonistas entran en el canje de deuda?

JLB: La mayoría (se espera). Quedarían menos afuera que en canjes previos.

DC: ¿Cuánto funcionó el “operativo desgaste” a los acreedores?

JLB: No funcionó. Los acreedores bajaron de 60 a algo menos de 55. El Gobierno subió desde 39. El desgaste fue del gobierno.

DC: ¿Cuáles son los puntos clave del entendimiento?

JLB: Se anticipan los pagos respecto de la propuesta previa del gobierno y se cambian cláusulas legales para limitar la “estrategia Pacman”.

DC: ¿Usted está de acuerdo con la estrategia utilizada?

JLB: La secuencia fue muy costosa para Argentina, pues se parece mucho a la version Kicillof de su negociación en febrero: amenaza de no pagar para luego pagar, lo que alienta a los acreedores a esperar. Es un "Chicken Game" en el que arruga el que grita más fuerte.

DC: ¿Qué es el “Chicken Game”?

JLB: "En el Chicken game, dos autos se lanzan a velocidad uno contra otro hasta que alguno dobla el volante y abandona. Es ‘gallina’”.

DC: ¿Qué se puede esperar de acá en adelante?

JLB: Los precios de los activos (bonos, acciones) se acomodan al nuevo escenario. El riesgo baja, pero a nivel todavía alto. El mercado de deuda seguirá con tasas altas para el Estado, pero evita que se cierre para empresas que en general van a poder renovar vencimientos.

DC: ¿Qué nivel de importancia tiene el acuerdo en la historia económica reciente?

JLB: Evita un nuevo default. Evita nuevo salto al vacío, y un escenario de huida generalizada de empresas.