Entre el lunes y el miércoles pasado estuvo vigente un cese en la comercialización de granos impulsado por tres de las cuatro entidades de la Mesa de Enlace. Entre ellas, la Confederaciones Rurales (CRA), que preside Jorge Chemes. Durante el paro, el Gobierno resolvió dar marcha tras en la política que provocó está medida de fuerza: el cierre en la exportación de maíz.

Aún así, no hay cambios en la relación entre este sector del campo y la Casa Rosada. Chemes advirtió que ya existe un diferencial para descalzar el precio interno de la comida del que se paga en el exterior, pero apuntó a los otros componentes que encarecen el valor de los alimentos, como los impuestos, el flete, y el costo de inversión, entre otros. 

El dirigente, en diálogo con Data Clave, apuntó también que el Gobierno busca dialogar con el Consejo Agroexportador en lugar de las entidades de la Mesa de Enlace Agropecuario porque “existe animosidad” hacia el campo. 

Data Clave: ¿Cómo quedó la relación entre el campo y el Gobierno luego del conflicto por las exportaciones de maíz? 

Jorge Chemes: La relación es similar a la que había antes de este conflicto. Estamos abiertos al diálogo si es que nos convocan, pero lo cierto es que las medidas que se tomaron es un error garrafal porque pensar que interviniendo el mercado de granos se puede manejar el precio de los alimentos es un error gravísimo. No se tiene en cuenta cuál es el peso proporcional que tienen esos granos en el costo de los alimentos. En el caso del maíz, va desde un 10 % y en el mayor de los casos a un 20% del precio final, mientras que en el caso del trigo, no llega ni al 15% del precio del pan. Mucho más peso (en el precio final de los alimentos) tienen la carga impositiva, o la inversión en personal, en el costo de la energía, o maquinaria. Es muchísimo mayor, sin embargo se termina castigando al productor de materia prima lo cual nos hace que un pensar que pueda haber otros objetivos en esta decisión. 

D.C: Mucho se habló desde el oficialismo de “descalzar el precio interno del externo ¿Cómo ves esto?. 

J.C: Eso ya está dado por el diferente tipo de cambio que recibe el productor. Entre el dólar al que tenemos que comprar los insumos, que esa cerca del blue, en $ 150 contra el que recibe, por ejemplo, el que exporta trigo, al que le pagan el dólar oficial (estaba $ 90,75 el viernes) menos las retenciones” que alcanzan al 12% , por lo que reciben casi $ 80 por dólar. Estamos hablando de un “descalce” de casi el 100%. Eso significa un subsidio que lo termina pagando el productor. 

D.C: Retenciones hubo casi siempre, salvo en el gobierno de Carlos Menem y de Mauricio Macri ¿Qué es lo que lo destaca ahora?  

J.C: Ese diferencial cambiario siempre existió, pero ahora, con este nivel de brecha, expresa la mayor necesidad de fondos por parte del Estado y que, en este caso, salen de los productores 

D.C: ¿Esto puede llegar a afectar la producción? 

J.C: Sí, no tengo dudas, porque esto genera incertidumbre, lo cual a su vez provoca retraimiento de la inversión y que el productor de marcha atrás. El productor va a buscar otros cultivos que no estén intervenidos o directamente dejará de producir porque no va a trabajar a pérdida. Por ejemplo, en la época que Guillermo Moreno era secretario de Comercio Interior, intervino el mercado de carnes y fue tan grande la falta de incentivos a la producción que perdimos 12 millones de cabezas de stock, y el precio no bajó. Eso está marcando que este tipo de medidas intervencionistas van en contra de lo que estamos buscando. Lo que se necesita no es tan difícil. Hay que dar señales claras desde el Estado en favor de la inversión en materia agropecuaria y que se continúen en el tiempo.  Si en lugar de eso vos generar incertidumbre, que por ahí no lo dejás vender, si no le das crédito, porque los bancos no le prestan al campo, y además, le ‘bajas la caña’ al productor con el paquete impositivo, que le saca la mayor parte de lo que puede ganar…bueno, le estás mostrando todo al revés de lo que se tiene que hacer. 

D.C: ¿Y cómo quedó la relación de ustedes con el Consejo Agroexportador Argentino, que llevó adelante las negociaciones con el Gobierno en la Mesa del Maíz? 

J.C: El Consejo Agroexportador es una representación de todas las cámaras del complejo agroindustrial. Desde el Gobierno se lo ha elegido como interlocutor con todo lo que tiene que ver con la producción y creo que equivocadamente porque si hay alguien representante del sector productivo son las cuatro entidades que conforman la Mesa de Enlace y a las que no se las convocan para nada. El Consejo podrá tener una  participación muy importante en lo que hace a industrialización, agregado de valor, exportación, pero en lo que hace a producción, la representación está en las cuatro entidades que conforman la Mesa, lo que pasa es que no se las convoca desde el Gobierno para no darle protagonismo porque hay una animosidad hacia el campo. 

D.C: ¿Cómo quedó la relación con Coninagro, la única entidad que no se unió al paro que llevaron adelante las otras tres entidades que conforman la Mesa? 

J.C: Hay que entender que las cuatro entidades no estamos de acuerdo siempre en todo. Por ejemplo, cuando Federación Agraria pidió la segmentación de las retenciones, o el rechazo de la Sociedad Rural a integrar el Consejo Agroindustrial, algo en lo que participamos las otras tres entidades. Eso no quiere decir que nos peleemos, somos cuatro entidades y tenemos diferencias, pero lo que si ocurre y lo que queremos todos es el mejoramiento del sector agropecuario y por eso seguimos trabajando juntos.