No solo el incierto escenario económico y político argentino no ayuda demasiado para definir en qué invertir en el presente -más allá de la siempre recurrente decisión de casi todos los argentinos de dolarizar los ahorros-, sino que también, y sobre todo, el panorama global suma complejidad y alimenta la volatilidad al mercado financiero, requiriendo indefectiblemente la visión de los expertos.

A poco más de un mes para las elecciones legislativas, el Gobierno continúa intentando revertir su debilitada imagen que arrojaron las urnas de las PASO, con mayor expansión fiscal (mayor gasto social) y monetaria (mayor emisión de pesos), que, por un lado, apunta a recomponer el poder de compra de la población, pero que, a su vez, presiona a las diferentes cotizaciones del dólar. Ese impulso alcista se observa sobre todo en mercados alternativos (blue, MEP, contado con liqui) en un contexto de menores flujos de dólares del comercio exterior, por factores estacionales (gobierno espera con gran premura la cosecha fina desde diciembre), pero también por las altísimas brechas cambiarias (en torno al 80%, que desalienta a exportadores a liquidar), con una demanda que se retroalimenta día a día, y que ha obligado al BCRA y a la CNV a endurecer, una vez más, el cepo cambiario esta semana.

Diego Martínez Burzaco, jefe de Investigación y Estrategia de Inviu (fintech del Grupo Financiero Galicia que opera de manera independiente) dice a Data Clave que “de acá a las elecciones del 14 noviembre habrá incertidumbre, en un contexto de bastante apatía por parte del inversor extranjero sobre la Argentina y de mucha cautela por parte del inversor local, a pesar del costo y de los valores de los precios de los activos financieros”. Ahora bien, después de las legislativas los problemas y los desequilibrios de la economía argentina no desaparecerán, más allá de quien resulte ganador, lo que provocará, según Martínez Burzaco, la continuidad de la “volatilidad financiera sobre los papeles argentinos”, a la espera del tan ansiado acuerdo por la deuda con el FMI.

En el mundo, mientras tanto, aparecen, cada vez con mayor frecuencia, ciertas turbulencias en ante la incertidumbre sobre el límite de la deuda federal en EEUU -para el que se alcanzó esta semana un acuerdo parcial hasta diciembre-, sobre el rally en los precios de la energía, que acentúa las preocupaciones con respecto a la inflación, y sobre el denominado tapering”, que no es otra cosa que la disminución de compras de activos financieros por parte de la Reserva federal de Estados Unidos, lo cual significa menor inyección de liquidez en los mercados.

“Los mercados, expectantes del tapering, comienzan a ajustar y vimos subas en la tasa de 10 años americana, lo cual significa un ajuste en bonos largos y genera volatilidad en el mercado accionario. Por ello, es un momento para ser selectivo a la hora de invertir. Tanto en los instrumentos como en los sectores”, advierte a este medio Nicolás Mihura, analista de Grupo IEB.

Con las cartas sobre la mesa, compartimos a continuación las claves para definir en qué invertir bajo el actual panorama, teniendo en cuenta un perfil de inversor conservador, que privilegia preservar su capital, evitando exponerse a la volatilidad, y uno más agresivo, que busca activamente altos rendimientos, pero que a la vez debe ser consciente de los riesgos a los cuales se enfrenta, y que podrían derivar en una baja de su capital.

Entre las alternativas de inversión, aparecen los CEDEARs (Certificados de Depósito Argentinos, que cotizan en pesos, representan a acciones de empresas que operan en el exterior, y se utilizan para dolarizar portafolios, dado que una de sus variables de ajuste, además de la cotización del título en su mercado de origen, es el tipo de cambio “contado con liqui”), los bonos corporativos en dólares (denominados Obligaciones Negociables), títulos en pesos atados al CER (o sea inflación), o bonos dólar linked (en pesos, ajustables a la devaluación del peso en el mercado oficial).

CONSERVADORES

Para el jefe de Investigación y Estrategia de Inviu, más allá de la dolarización de los portafolios, no abundan hoy las opciones enfocadas para inversores con un perfil conservador. “Apostando a la relativa baja volatilidad, se podrían combinar algunos CEDEARs más defensivos vinculados al sector de consumo, como Johnson & Johnson, Walmart, Procter & Gamble; o asociados al precio del oro, como la minera Barrick Gold. Esto lo podemos combinar con cierta dolarización (dólar ahorro, o dólar MEP o Bolsa), y eventualmente con alguna Obligación Negociable de un crédito bien fuerte en Argentina. Pero no mucho más que eso en una primera instancia”, detalla Martínez Burzaco.

En lo que respecta a pesos, el analista sugiere colocar “algo en bonos que ajustan por la inflación”, dado que “las políticas fiscales expansivas aseguran mayor inflación por venir”. Según el Relevamiento de Expectativas del Mercado de septiembre -que publica el Banco Central-, el IPC retomará una inercia alcista, luego de mostrar varios meses con desaceleración: prevé un 2,8% mensual entre septiembre y noviembre, con una aceleración del 3,3% en diciembre, y del 3,9% en enero, con una ínfima moderación del 3,8% para febrero, para llegar al pico de 4% en marzo venidero.

Por su parte, Julio Calcagnino, analista de mercados de TSA Bursátil (empresa del Grupo Transatlántica), recomienda para este segmento una cartera compuesta en un 40% en dólar Bolsa, 40% en el tramo corto de la curva de bonos CER (como TX22 y TX23) o en letras del Tesoro Nacional, y el 20% restante en ON en dólares. Explica que “hasta que pasen las elecciones, no se encuentra valor en el segmento dólar-linked, debido a que siguen la evolución del dólar oficial y se espera que se mantenga la dinámica de ancla cambiaria, con lo cual es preferible sustituir estos instrumentos por Ledes (letras a descuento, con tasas de hasta el 42% anual) o Lecer (letras del Tesoro que ajustan por inflación)”.

ARRIESGADOS

Para aquellos que tienen un poco más de vocación a tomar algo más riesgo, el especialista de Inviu aconseja incluir en cartera el bono que ajusta por inflación con vencimiento en 2023 (TX23), mientras que, para la parte dolarizada, sugiere aprovechar la baja que el mercado de acciones tuvo en septiembre para posicionarse en algunas empresas de tecnología a través de CEDEARs, como Alphabet (matriz de Google), Microsoft o Netflix. De todos modos, Martínez Burzaco aconseja ser muy “prudente porque los mercados globales están bastante alterados por la inflación persistente en Estados Unidos y en el mundo, junto con el miedo de que la Fed suba las tasas”.

También el analista de mercados de TSA Bursátil destaca a los CEDEARs, “que permiten dejar de lado el riesgo argentino”. Pero, al igual que Martínez Burzaco, avisa que “el mercado norteamericano se encuentra en máximos históricos, hay que tener especial cautela a la hora de elegir en qué empresas invertir”. Con el “tapering” en puerta, recuerda que “en la experiencia de 2013 se destacó el sector salud en primer lugar, seguido por el de tecnología, el industrial y el financiero, mientras que el de energía no logró despegar”. Por ende, en el contexto actual, Calcagnino favorece nuevamente el posicionamiento en esos sectores. Dentro de las acciones locales, recomienda posicionarse “a mediano plazo” en empresas como el fabricante de productos para automotrices, telefonía, y electrónicos de uso masivo Mirgor (empresa de Nicolás Caputo, “hermano del alma” del expresidente Macri -quien además fue uno de sus fundadores); la agropecuaria Molinos Agro (del Grupo Perez Companc), la siderúrgica Ternium (del Grupo Techint), la productora de aluminio Aluar; la petrolera Vista Oil & Gas (del ex YPF Miguel Galluccio) y la energética Pampa Energía (de Marcelo Mindlin).

Por último, el analista de Grupo IEB expresa que si el inversor “está dispuesto a asumir la volatilidad a la espera de una reacción” sugiere poner una “fichita” por los golpeados bonos argentinos en dólares, actualmente con precios de default, a poco más de un año de la reestructuración que llevó adelante el ministro de Economía, Martín Guzmán. “Al comprarlos se tiene una pérdida bastante acotada y una potencial suba interesante en caso de un cambio en el panorama político del país, recordando que los mercados siempre se adelantan”, comenta Mihura.