El plan Massa para “intentar llegar” al 2023, más que para cambiar de cuajo la dinámica de la política económica de la administración de Alberto Fernández, ya ha dado algunas pistas para decidir en qué y cómo invertir, aunque está claro que persisten muchos riesgos, más allá de los aires de renovación que le imprimió el expresidente de la cámara de diputados al mercado, ganando tiempo a la espera de que sus anuncios muestren resultados tangibles, y encapsulando -al menos hasta ahora- los fantasmas de una fuerte devaluación.

Los anuncios de la puesta en marcha de una reducción de subsidios energéticos conocidos la semana pasada confirmaron que el nuevo ajuste es más agresivo que el que se preveía con Guzmán, aunque su implementación será escalonada. “La secuencia anunciada plantea interrogantes importantes para la dinámica macro de los próximos meses”, advierte José Echagüe, estratega de Cosultatio. Es que por ahora el impacto del conjunto de medidas “muy posiblemente resulte en un deterioro macro, antes que en una mejora: mayor déficit, más inflación y menor nivel de actividad no deberían sorprender”, sostiene el especialista.

Para Santiago Abdala, director de PPI, el clima financiero “sigue siendo delicado”. “Si bien la llegada de Massa al Gabinete significó una inyección de confianza, a medida que pasa el tiempo, la falta de decisiones que ayuden a equilibrar la economía podría erosionar ese sentimiento”, afirma. De hecho, en el cierre de la semana que pasó, el dólar financiero CCL rebotó con fuerza y volvió a superar los $300. “Un manejo exitoso de los vencimientos en pesos había sido una buena jugada, pero el partido sigue y la situación exige más”, alerta el experto de PPI.

“Massa busca atemperar un poco la tensión política en el oficialismo y mejorar la condición de las reservas del BCRA y frenar la escalada inflacionaria producto de la gran emisión monetaria. Por un lado, el posible acuerdo con el campo para que ingresen u$s5.000 millones al país, intentará engrosar las reservas; por el otro, la redistribución de subsidios energéticos, apuntan a intentar bajar el rojo fiscal. Sin embargo, el flamante ministro tiene poco tiempo para mostrar resultados. Por lo tanto, de no tener éxito podríamos llegar a ser testigos de una devaluación brusca y un salto inflacionario aún mayor”, resalta Nicolás Cappella Sales trader de Grupo IEB.

En lo que respecta al plano internacional, la emisión monetaria, la suba de los commodities y sobre todo de la energía a causa de la guerra entre Rusia y Ucrania, han generado un escenario de inflación mundial que hacía varias décadas que no se vivía. Como consecuencia de ello, los principales bancos centrales han comenzado una política de suba de tasas para buscar frenar esos elevados índices de precios, aunque no sin consecuencias. “Esta suba de tasas no es gratuita y traerá aparejada un freno en el crecimiento económico de los principales países. La duda gira en torno a qué tan grave será este freno en la actividad económica, es decir, si será una recesión leve o una más bien grave y hasta qué plazo se extenderá”, comenta Cappella.

Ahora bien, con este contexto local e internacional descrito, Data Clave pidió a tres especialistas las claves para encontrar oportunidades de inversión, que le intenten ganar tanto a la inflación, como al dólar. Una tarea no sencilla.

Para conservadores

Para aquellos que quieran dormir tranquilos, o sea quienes muestren un perfil más conservador, Abdala, de PPI, pondera los Cedears de índices, que representan en este caso a las principales bolsas de EEUU, y también a algunos de ETF -fondos cotizados de EEUU-. Estos instrumentos que cotizan en pesos, ajustan básicamente por la evolución de dos variables: el índice o acción de origen, y el dólar financiero (CCL). “Son una buena manera de exponerse a tipo de cambio, al tiempo que en el caso de los índices te diversificas en acciones”, afirma, y menciona los Cedears SPY (replica al índice S&P500), XLE (ETF de energía), y el XLF (ETF del sector financiero).

En el segmento de pesos, el director de PPI dice que “la mejor opción hoy parecen ser los Fondos Comunes de Inversión con instrumentos relacionados a CER, o directamente los bonos de este segmento, para buscar defenderse un poco de la inflación”, que marcó un 7,4% en julio – la más alta en dos décadas-, y que se encamina a empezar col 6% en agosto.

Para este perfil de inversor, “nos sesgamos hacia carteras con una dolarización del 50% al 80%, orientadas principalmente a la conservación del capital. Priorizamos esta exposición a moneda extranjera, ya sea a través de dólar MEP, o de Obligaciones Negociables (bonos de empresas) denominadas y pagaderas en moneda dura”, expresa Julio Calcagnino, analista de mercados de TSA Bursátil, del Grupo Transatlántica.

Para más arriesgados

Aquellos inversores que contemplen un mayor apetito por el riesgo “pueden buscar valor en los bonos soberanos en dólares, como el Global 2038 (GD38), o el Global 2035 (GD35), que muestran buenos retornos en dólares aún priceando una reestructuración agresiva”, señala Abdala, de PPI.

Por su parte, Cappella del Grupo IEB, describe que en el plano local “hay varias oportunidades muy interesantes con un retorno muy importante, pero con un nivel de riesgo muy elevado también”.

En ese sentido, pondera los bonos soberanos en dólares, con un nivel de paridad en torno a u$s25 y con cupones de intereses que comienzan a ser atractivos en estos niveles y que irán creciendo en los próximos años. “La apuesta aquí es que estas políticas que quiere implementar Massa de achicar el déficit (impuestas también por el FMI) se verán exponenciadas en caso de un cambio de gobierno en 2023. Por lo tanto, mejoraría la capacidad de pago del país para con sus bonistas, lo que haría subir el precio (paridad) de los mismos”.

Ahora bien, de darse este escenario que proyecta el experto, también debería existir un clima muy favorable para el mercado de acciones locales. “En renta variable, priorizamos el sector energético por sobre el de los demás. Creemos que redistribución de subsidios y el límite al consumo, llega para quedarse y se irá endureciendo en caso de un cambio de gobierno, donde se buscaría además potenciar inversiones en el sector energético ya que como se vio este año, tener un déficit energético es muy perjudicial para las reservas del país”.

Por último, en el plano internacional, para los perfiles arriesgados que consideran que se viene una recesión leve en EE.UU., “el sector tecnológico se torna atractivo ya que fue el que más sufrió en los últimos meses producto del medio a una recesión severa”, sostiene Cappella.

 Para inversores menos sofisticados y que quieran apostar a este escenario, en el mercado local se encuentra el Cedear del ETF QQQ, que replica la cotización del índice tecnológico Nasdaq (incluye a las empresas tecnológicas más importantes que cotizan en EE.UU., por lo tanto brinda una gran diversificación dentro de este sector).