La decisión del ministro de Economía, Sergio Massa, de lanzar otro plan de estímulo cambiario destinado a productores y exportadores de soja para que vendan el grano por unos 5.000 millones de dólares y fortalecer así las exiguas reservas del Banco Central, propicia un escenario de calma cambiaria de corto plazo en el mercado paralelo del dólar y amplía el atractivo para las inversiones en pesos, aunque con ciertas condiciones.

Massa anunció la aplicación de un tipo de cambio de $200 para las exportaciones de soja hasta el 30 de septiembre, una medida acordada con los principales complejos exportadores, que mejora las condiciones de un programa similar -vigente en agosto-, con magros resultados, teniendo en cuenta las liquidaciones de unos 3.200 millones de dólares durante el mes pasado.

En efecto, la decisión del titular de la cartera económica, según operadores del mercado, podría contribuir a extender un período de mayor calma en los dólares paralelos, que vienen de mostrar en agosto un repliegue en el caso del blue (cayó $6 o 2%), y una ínfima suba de los tipos de cambio financieros (en torno al 2%, muy por debajo de la inflación que se calcula para el mes pasado, en torno al 6,5%).

En el último mes, los dólares financieros y el blue estuvieron oscilando entre los $280 y los $300, tras el salto que registraron en junio y sobre todo julio, en medio de la crisis política luego de la renuncia de Martín Guzmán, y la efímera gestión de Silvina Batakis, junto con el temor a default de la deuda en pesos.

“La medida podrá traer baja del dólar alternativo en el corto plazo”, señaló el analista financiero Christian Buteler, aunque advirtió que “el incremento del stock de pesos (el BCRA deberá emitir para cubrir la diferencia entre un dólar de $139 que les vende a importadores y el de $200 que comprará a agroexportadores), provocará más brecha en el mediano”.

En términos técnicos, por esa diferencia, la autoridad monetaria recibirá una letra intransferible del Tesoro que el mismo BCRA tiene que esterilizar con sus instrumentos habituales (leliq, pases). “En los papeles la pone el Tesoro, en la realidad es emisión del BCRA”, explicó Buteler.

En la conferencia del domingo, cuando le consultaron a Massa sobre el impacto que tendrá el dólar soja a $200 en términos de emisión, respondió: "El BCRA va a tomar algunas medidas el próximo jueves a los efectos que los niveles de reconocimiento de precios tengan el menor impacto (monetario) posible". Es por eso que, el mercado ya descuenta una nueva suba de tasas, teniendo en cuenta además el dato de inflación de agosto, que se ubicará por encima de lo esperado (más cerca de 7%, que de 6%). En el mercado se habla de una suba de la tasa de unos 500 puntos básicos, con lo cual quedaría cerca del 75% (tasa nominal anual).

“En conjunto con la suba de tasas que ya dio y seguiría dando el Central, más algunas señales adicionales en materia fiscal, podría esperarse una mayor calma cambiaria. Aunque me preocupa el escenario político”, comentó Juan Pablo Albornoz, economista en Ecolatina. Es que el gravísimo atentado contra la vicepresidenta de la nación, Cristina Fernández de Kirchner, y sus eventuales implicancias, le suma varias dosis de incertidumbre al frágil contexto macroeconómico argentino.

Bajo el posible escenario de calma cambiaria, junto con la continuidad de la suba de tasas por parte del BCRA, la expectativa de nuevas medidas fiscales, y del viaje de Massa a EEUU para reunirse con el FMI (probablemente traiga novedades al respecto de un potencial ‘waiver’ o perdón sobre reservas en la próxima revisión y del ‘Fondo de Resiliencia´), el Tesoro de EEUU, el BID, e inversores, el mercado cree que la aumentan las posibilidades de que se consolide el "carry-trade" o la “bicicleta financiera” (estrategia financiera de vender dólares, invertir los pesos a tasa de interés y recomprar las divisas al tipo de cambio paralelo).

“Más allá de que es una medida transitoria que no soluciona el desequilibrio cambiario, en el corto plazo podría colaborar para engrosar las reservas netas. Hay que ver la potencia. Pero el nuevo tipo de cambio diferenciado, si viene acompañado de nuevas señales fiscales y mayores subas de tasas, podría sentar condiciones para otro mes de carry en pesos”, señaló Nery Persichini, jefe de Estrategia de GMA Capital.

Para el economista Gustavo Ber, el "carry-trade" podría reactivarse “tras la prevista nueva suba de tasas, siempre que sea acompañado de un periodo de recuperación de reservas y se abra un contexto externo más amigable que derive en un mayor apetito al riesgo global y emergente”.

Este último punto no es menor, y si observamos las últimas semanas, viene bastante complicado, a partir del tono más "hawkish" (agresivo) del presidente de la Fed de EEUU, Jerome Powell, que ha afectado el apetito por riesgo y condiciona a los mercados emergentes.

En ese sentido, Leonardo Chialva, socio director de Delphos Investment, pone el foco en la región, más que en la coyuntura argentina, para analizar la posibilidad de otro mini período de “carry trade”. “En tanto y en cuanto el real brasileño y las demás monedas de la región aguanten de la mano de los mágicos commodities que siguen por las nubes, a pesar de lo que sucede a nivel Global con la recesión por venir en EEUU, junto con la crisis europea y china, da la sensación que acá se armó nuevamente la fiesta de ´carry trade`", remarcó. “La suba de tasas hizo su trabajo, al igual que otro overshooting del CCL (cuando se disparó en pocos días, y luego retrocedió fuerte) como el que vimos hace semanas”, reforzó.

Gracias a la reciente pax cambiaria de agosto, la estrategia del carry dio sus frutos en agosto: rindió 3,2% en moneda dura, configurando la mejor ganancia en 5 meses, indicaron desde GMA Capital. De todas formas, en el acumulado de 2022, pedalear en la ‘bicicleta financiera’ produjo una pérdida de 8,3%. Y desde fines de noviembre de 2019, la maniobra implicó una desvalorización de u$s 33,6 por cada u$s 100 invertidos.

Más allá del timing de corto plazo, como la inflación fue la primera en el podio de las variables nominales de este año, el “carry trade” fue positivo desde fines de 2021 comprando bienes o mediante vehículos indexados con algún margen real positivo (plazos fijos UVA, por ejemplo).

Solo para graficar con un caso práctico: una empresa o institución con una liquidez de $100 millones a fin del año pasado, hoy contaría con una posición de $148,5 millones habiendo comprado mercadería (bajo el supuesto de que el inventario se revaloriza como el IPC). Asimismo, el valor alcanzaría $149,5 millones con plazos fijos UVA, una variante que hoy está virtualmente vedada para las compañías, pero no para los ahorristas (dependiendo del banco en el que opere).

En tanto, con mayor volatilidad, una estrategia atada a la brecha habría llevado el valor del portafolio a $147,5 millones. Y, hasta ahora, el plazo fijo tradicional fue la opción menos interesante ya que habría valorizado la cartera solo hasta $ 135,7 millones.