Luego de la visita de una misión técnica a Washington y de una semana de reuniones internas en el Ministerio de Economía, todavía no se sabe con precisión la fecha en que Argentina terminará de rubricar el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Pero algunas señales de que el pacto está en camino se observa en la política tarifaria. Por lo pronto, el interventor del Enargas, Federico Bernal, sigue negociando con las transportadoras de gas una suba de las tarifas a implementarse el próximo 1° de marzo.

Para los técnicos del FMI el tema de recortar tarifas a los servicios públicos es central para llegar a un acuerdo con la Argentina y se opone fuertemente a mantenerlas congeladas como en 2020 y 2021. De hecho, el Presupuesto 2022, habilita en su artículo 145 a la Secretaría de Energía a crear un registro de capacidad económica y luego precisa que “la magnitud de la capacidad económica financiera tarifaria de cada usuario y/o usuaria se efectuará por segmentación, loteo y caracterización codificada, estableciendo rangos o parámetros indicativos de dicha capacidad sin valorarse cuestiones específicas que alteren el instituto del secreto fiscal”.

Es en este escenario que el Enargas ya le comunicó a las dos grandes empresas de energía que está dispuesto a aumentar un 55% el margen de transporte que cobran TGN y TGS, las dos compañías del sector.  En rigor de verdad de esa suba en el transporte del precio del gas tendrá un impacto final en la boleta que reciben los usuarios del cinco por ciento. Fuentes del gobierno señalan que si se lleva adelante  bien el registro de usuarios y la segmentación es correcta, a los hogares mas pobres del país ni siquiera se les aumentará eso en marzo y que la corrección tarifaria recién llegaría en junio de 2022. 

Pero para la clase media es distinto, y en marzo empezará a recibir boletas con aumentos, de mínima, del cinco por ciento. En tanto, en el FMI, esperan para ver como funcionan los ajustes. En este sentido es que el vocero del organismo, Gerry Rice, reiteró esta semana que continúan trabajando con el gobierno argentino para cerrar el convenio y reconoció “entendimientos generales” pero sin profundizar en precisiones. En los hechos, para el Fondo es importante la sanción del Presupuesto Nacional 2022, porque expondrá los sectores en los que la administración central el año próximo hará un ajuste. 

La discusión siempre es la misma: el nivel de déficit fiscal para que el país tenga un superávit que asegure el repago de la deuda. Rice no hizo referencia a la sanción del presupuesto, pero quienes estuvieron en la conferencia de prensa del portavoz del FMI saben que le hablaba al ministro Martín Guzmán, que proyectó un déficit primario para 2022 de 3,3% del PIB, porcentaje consensuado con el staff técnico del Fondo. Un consenso que nadie llamaria de Washington a esta altura. Pero que en los hechos, lo sigue siendo.