El Gobierno envió al Congreso el Proyecto de Presupuesto 2023 el cual prevé un crecimiento del PBI de 4,0% este año y 2,0% en 2023, con una inflación desacelerándose desde 95% en 2022 hasta 60% para el año próximo.

Ante esto, la consultora que dirigen Lorenzo Sigaut Gravina y Martín Rapetti apuntaron que “la proyección de PBI para 2023 luce optimista, pues este año tendría que cerrar con arrastre estadístico negativo en torno al 1% para que se dé el crecimiento de 4 % del PBI estipulado”. 

Al probable arrastre estadístico negativo “se suman la incertidumbre electoral y el sesgo contractivo de la política económica, que seguiría al menos hasta mitad de año” próximo, advirtió el documento.

Además, la pauta de inflación “también luce optimista: para que 2022 cierre en 95% la suba de precios debería promediar 5,7% mensual en lo que resta del año (fue 7,2% promedio en julio-agosto), con tasas y tipo de cambio viajando al menos al 6% mensual”.

En este marco, “para que la inflación baje a 60% en 2023, debería promediar 4,0% mensual”, advirtieron desde Equilibra.

El proyecto de Ley de Presupuesto también estipula el cumplimiento de la meta fiscal acordada con el FMI, un déficit de 2,5% del PBI este año y reducirlo al 1,9% en 2023.

En ese marco “la retracción del gasto primario -en especial transferencias corrientes- sería mayor a la reducción de ingresos en 2023”, por lo que “no se contempla pago de bonos extraordinarios a jubilados, pensionados y beneficiarios de asignaciones y planes sociales”.

En cuanto al programa financiero el mercado debería aportar el 80% y el Banco Central el restante 20% en el 2023, “ampliando la relación 70/30 de este año”.

Esta formulación está “en línea con la meta acordada con el Fondo Monetario Internacional (FMI) , lo cual luce desafiante”, advirtió la Equilibra.