La suba en el precio de los combustibles a nivel internacional tiene impactos en la economía local que ya se están verificando. En el mediano plazo, se espera mayor presión en la inflación por las actualizaciones de tarifas y las metas suscriptas por Argentina en el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional.

Según las plataformas especializadas, el precio del barril de petróleo Brent cotiza nuevamente por encima de US$ 109. Las subas comenzaron a ser significativas con el estallido de la guerra en Ucrania. Este precio es una de las referencias que se utilizan, además del TTF que es el valor del gas en el mercado spot de Holanda, como referencia para el valor del Gas Natural Licuado que importa nuestro país para generar energía. 

Esta dinámica ya se está sintiendo en la balanza comercial, según se desprende de los últimos datos que publicó el Indec. A pesar de que en marzo hubo un récord en las exportaciones, se destinaron sólo en ese mes US$ 7.073 millones para pagar importaciones que a su vez crecieron 40% anual en el primer trimestre, 14 puntos porcentuales por encima del incremento en las exportaciones. Fuentes del Gobierno indicaron a Data Clave que para abril el desembolso de divisas por este concepto será “muy similar”.

Para tener en cuenta, entre enero y marzo las compras de combustible alcanzaron los US$ 2.163 millones, un 49% del total importado durante el año 2019 y un 37% del total de 2021, destacó LCG. La consultora añadió que la balanza energética cerró el mes de marzo con un déficit de US$ 273 millones, “el peor resultado observado en dicho mes desde 2015”. En lo que va del año la balanza acumula un déficit de US$ 285 millones, superior a los US$ 225 millones que el mismo lapso del año anterior.

El acuerdo con el FMI que firmó el Gobierno tiene como una de sus metas que las reservas crezcan en US$ 5.800 millones durante todo 2022, una de las más difíciles de cumplir en un nuevo contexto internacional. Sin embargo, en el primer trimestre se cumplió con el criterio de sumar US$ 3.500 millones, debido al primer desembolso que realizó el organismo después de aprobado el programa de facilidades extendidas.

“Más allá de la suba puntual de las importaciones en marzo, seguimos sosteniendo que las importaciones de este año estarán determinadas por el total de exportaciones de manera de garantizar la acumulación de reservas en el marco del acuerdo con el FMI. El hecho de que los precios de que las exportaciones siga en alza da aliento a que el control de importaciones pueda moderarse. No obstante, la suba de precios de los combustibles es un factor que agrega limitante a esta cuestión”, dijo LCG. 

Otra de las metas que compromete las subas internacionales de la energía es la de reducción del déficit fiscal, que el organismo pidió sea del 3% de 2021 al 2,5% del PIB este año. Allí juega la intención de reducir el subsidio que contemplan las tarifas de luz y gas en 0,6% del PIB a través de las próximas actualizaciones.

Las boletas residenciales ya tuvieron subas promedio del 20% y se espera que luego de las audiencias públicas de mayo haya más incrementos. Para la mayoría de la población las nuevas alzas serán en promedio del 26% y para otro 10% habrá una quita total de subsidios por lo que podrían escalar al 200%. Sin embargo, este proceso no garantiza una reducción del déficit debido al contexto mundial y seguramente tendrá impactos en la inflación.

Desde la consultora Econviews estiman que la inflación de abril será cercana al 5%, descendiendo levemente en mayo, aunque el 2022 totalizaría 66%, “con riesgos al alza". “El riesgo de esta mayor nominalidad es que la inflación entra en un círculo vicioso donde lógicamente nadie quiere perder y el gobierno al carecer de credibilidad no tiene forma de cortarlo. A esto hay que sumarle que todavía falta que suban las tarifas de servicios públicos, lo cual seguramente le sume algunos puntos más a la inflación”, dijo el economista de la consultora, Alejandro Giacoia.