Cuando un país sufre un período tan prolongado de inflación comienza a haber un problema adicional que es el de “los precios relativos”, es decir, algunos bienes o servicios aumentan de manera más rápida que otros.

El índice de inflación del 6,2% de septiembre pareció un respiro frente al 7,4% de julio y el 7% de agosto, pero además de seguir siendo un nivel elevado – el propio ministro Sergio Massa reconoció no estar conforme con ese nivel – esconde una carrera en el ajuste de precios.

No bien conocida la noticia del índice de inflación, los análisis apuntaron a “los productos que aumentaron más del 100%”, en los últimos 12 meses.

Desafíos pendientes: el problema es la inflación pasada y también la que está por venir

Si bien la inflamación entre septiembre de este año e igual mes del año pasado subió 83%, lo cierto es que ese promedio en la medición del Indec “esconde” grandes diferencias. Así mientras los productos “estacionales” como Alimentos y Bebidas, o indumentaria y turismo, aumentaron en promedio 122,2%, los “regulados”, como la energía o el transporte, solo lo hicieron en un 62,1%.

“Todos los meses seguimos casi duplicando la inflación de un año atrás. Un factor importante de la leve baja (de septiembre respecto a la de agosto) es que se demoró la segmentación de tarifas”, explicó la economista María Castiglioni.

La integrante de la consultora CyT, consideró que “la baja de inflación (de septiembre) no parece un cambio de tendencia» porque la suba de las tarifas “te va a pegar en octubre y en noviembre”, que se sumarán a otros aumentos.

Castiglioni en declaraciones a Radio Milenium. puso como ejemplo de la espiral inflacionaria que la implementación del “dólar Qatar”, ya que “terminará impactando en los precios de turismo, poniéndole un piso más alto a los precios domésticos. No cambiaron las expectativas de inflación y eso es lo más complicado que tiene el Gobierno por delante”.

En el mismo sentido, otra economista, Marina dal Poggeto, advirtió que “existen varios precios que tienen que actualizarse” como los de la energía, los combustibles “y otros que siguen rezagados”.

Los números del Indec parecen darle la razón a la titular de la consultora Eco-Go. Sólo tomando los últimos doce meses -en plazos más largos, la brecha se amplía- puede observarse que la indumentaria aumentó el triple que el rubro Electricidad, gas y otros combustibles y que Verduras, tubérculos y legumbres subió 3,5 veces más que Servicios de telefonía e internet.

Solo en Capital Federal y el Gran Buenos Aires, el rubro Prendas de Vestir y Calzado aumentó 120,5% en 12 meses, pero Combustibles y lubricantes, menos de la mitad, solo el 58,6%.

Las verduras y legumbres el 125 %, la carne el 77% (por debajo de la inflación general), pero los servicios de telefonía e internet el 36,4%.

Los precios en los bares y restaurante lograron superar la barrera del 100%, pero la Electricidad, gas y agua para la vivienda el 42 %, solo por tomar algunos casos.

La necesidad de reducir el gasto en subsidios para cumplir las metas de déficit primario del 1,9% del PBI el año próximo, obliga a un aumento de tarifas y, a su vez, implicará un traslado a precios que cada vez cuesta más postergar.

Para EcoGo, la baja en los precios no es posible en un contexto donde "el ajuste fiscal lo hace la inflación, y donde el aumento en el crawling peg (ritmo de devaluación), la tasa de interés y las tarifas te pone un ritmo de inflación en torno al 6/7% mensual".