En el primer trimestre del año, la carrera entre las distintas alternativas de inversión en el mercado financiero local tuvo un claro ganador: aquellos instrumentos que siguen la evolución de la inflación, como un plazo fijo UVA, un Fondo Común de Inversión compuesto por bonos CER (o directamente los títulos que ajustan por el IPC). Estos activos en pesos mostraron rendimientos de hasta 18% en menos de tres meses.

En esa lucha cuerpo a cuerpo, se ubicaron por encima del plazo fijo tradicional (+10%), y muy por arriba del dólar oficial (+9%), del blue (-14%), de los tipos de cambio financieros (+5%), del S&P Merval (-8%), o de los bonos en dólares (-12%). También superaron en retornos la mayoría de los Cedears (Certificados de Depósito Argentino, que representan a acciones del exterior y que fueron la estrella del mercado en el último trimestre del 2020) entre los 25 más operados, como Mercado Libre (-15%); Apple (-7%); o Tesla (-4,1%).

Ahora bien, el quid de la cuestión, es saber qué pasará de ahora en más, se mantendrá la tendencia, o en qué medida podrá haber alteraciones en el escenario actual, tanto doméstico, como internacional. Difícil saberlo, cuando por ejemplo las olas de Covid-19 acechan, o las vacunas no alcanzan. A esto, se le suma la incierta, por ahora, renegociación de la deuda con el FMI, y en breve con el Club de París, en el marco de un año de elecciones.

También tienen un peso considerable factores estrictamente globales, como una eventual ralentización de la recuperación económica ante nuevos confinamientos en Europa, y América, por el crecimiento de casos de Covid-19, o la suba de tasas en EEUU, ante una aceleración de la inflación producto de toda la montaña de dólares que el Gobierno estadounidense emitió para salir de la crisis del Covid-19.

Dentro de este complejo panorama, existen al menos tres de certezas de corto plazo en el ámbito local: por un lado, la inflación se mantendrá en altos niveles, por la inercia de 2020, nuevos aumentos en algunos servicios, las constantes subas en alimentos, la aceleración en la velocidad de circulación del dinero, la alta brecha cambiaria, las restricciones a la importación; etc. El Gobierno apunta a un 29%, pero el mercado no le cree y proyecta entre un 45% y 48%.

Por otro lado, para tratar de moderar la inflación el Gobierno no bajará la guardia en el mercado cambiario: mantendrá una política de desaceleración del tipo de cambio, llevando su expansión incluso debajo del 3% mensual, y controlando al mismo tiempo la amplia brecha cambiaria, a partir de la compra y venta de bonos en dólares. Al mismo tiempo, la tasa real en pesos seguirá por ahora en los niveles actuales, es decir, se mantendrá negativa (por debajo de la inflación).

“Seguimos viendo que la inflación le seguirá ganando al dólar oficial y a la tasa de interés en los próximos meses, en un contexto donde el BCRA tendrá margen para controlar la brecha cambiaria mientras no se corte el flujo de dólares del MULC que necesita para intervenir con el bono AL30”, indicó la consultora Eco Go.

Recién luego del ingreso de dólares de la cosecha gruesa, y con un BCRA que probablemente fuerce un “crawling” más lento del dólar oficial en la previa de las elecciones de octubre, “el riesgo brecha cambiaria puede volver a materializarse, sobre todo en un contexto donde la tasa de pesos (40% TEA) a la que se puede apalancar el mercado para financiar posiciones en dólar MEP/CCL se mantiene negativa vs la inflación esperada a 12 meses (45%)”, agregaron desde Eco Go.

Plazo fijo UVA

Para quienes disponen excedentes en pesos y pretenden mantener su valor adquisitivo, Emilse Córdoba, directora de Bell Bursátil, sugiere a Data Clave constituir plazos fijos, que actualicen por UVA (según el índice CER, el cual refleja la evolución de la inflación). En lo que va del año, estas colocaciones que retribuyen el costo de vida, más un pequeño porcentaje (en general 1%) vienen creciendo a paso firme, incluso superando por amplio margen la evolución de los plazos fijos tradicionales a 30 días. Desde enero, los primeros se expandieron un 77%, mientras que los segundos aumentaron apenas un 18%, de acuerdo a cifras del Banco Central, si bien es cierto que del total de este tipo de colocaciones los tradicionales mantienen una proporción superior al 95%. Vale remarcar que el plazo mínimo para los plazos fijos UVA es de 90 días, aunque existe la alternativa de cancelarlos previo al vencimiento a partir de los 30 días, pero obteniendo una tasa menor (no se actualiza el valor de la UVA).

Fondos comunes de inversión

Si se pretenden inversiones de corto plazo en pesos y de baja volatilidad, más allá de pensar si es o no rentable frente a opciones, por ejemplo, dolarizadas, muchas veces hay que tener en cuenta si la alternativa permite disponer los excedentes de liquidez de forma flexible. La respuesta a esta necesidad son los Fondos Comunes de Inversión (FCI). Básicamente un FCI es un vehículo financiero que permite a un grupo de personas con objetivos de inversión similares disponer de una administración profesional que se ocupa de analizar la mejor forma de alcanzar esos objetivos, y llevar a la práctica las estrategias necesarias para lograrlo. El patrimonio de estos instrumentos financieros puede estar integrado por bonos, acciones, obligaciones negociables, Cedears, metales preciosos, divisas, contratos de futuros y opciones, instrumentos emitidos por entidades financieras y dinero. “Los fondos son opciones superadoras a los plazos fijos dado que si se lo requiere se puede disponer de la liquidez en el mismo día para el caso de productos con liquidación T+0, como es el caso de nuestro fondo SBS Ahorro, o en 24 horas con los típicos fondos T+1, como es el SBS Gestión Renta Fija “, detalla Cristian Brau, Head Portfolio Manager del Grupo SBS.

El hecho de disponer el dinero el mismo día (T+0), o a la jornada siguiente (T+1) tiene un costo de liquidez. Los T+0 rinden hoy aproximadamente cerca de 30% o 30,5% anualizado (menos que un plazo fijo tradicional que paga un 37% para colocaciones menores al millón de pesos), mientras que los T+1 rinden en torno al 34,5% y 35%. “Estos fondos permiten optimizar el excedente del dinero por más que se lo necesite a mitad de mes. Pensemos concretamente en los saldos de las tarjetas de crédito. Uno puede tener un saldo a pagar importante a mitad de mes y por eso cree que no puede hacer un plazo fijo, porque va a necesitar el dinero, sin embargo, siempre está opción de los fondos T+1”, remarca Brau.

Dólar MEP

Para aquellos que solo piensan en verde, existe una opción que ha ganado muchos adeptos en el último tiempo a partir del férreo cepo cambio que limita la compra de dólares en los bancos. Se trata del dólar MEP o Bolsa, el tipo de cambio que surge de compra/venta de bonos (el más utilizado para esta transacción es el Bonar 2030 -AL30). “En los próximos dos o tres meses me parece que lo mejor que podemos hacer es comprar Dólar MEP, porque en estos momentos está barato, hasta tanto termine de pagarse el impuesto a las grandes fortunas. Luego podría haber un rebote. Insisto, a estos precios, cercanos a $141, yo soy compradora de dólar MEP”, remarca Córdoba.

CEDEARS

Pero luego, ¿qué hacer con esos dólares? “Hoy los mantendría en la cuenta para luego, de acá a dos o tres meses, ir a buscar una inversión en dólares, como los Cedear”, sostiene la directora de Bell Bursátil. Su precio depende de dos variables: del activo subyacente (la acción a la cual representan), y del precio del dólar “contado con liqui”. Los mercados en el exterior deberían bajar un poquito así que yo soy compradora de dólar MEP y mantengo la liquidez para poder invertir en un corto plazo en Cedears, de sectores como el tecnológico y de servicios que, con la segunda y tercera ola de la pandemia, deberían andar muy bien”, dice Córdoba. En ese sentido, pondera empresas como Mercadolibre, Globant, o Alibaba. También menciona al sector financiero, dentro del cual, menciona a Wells Fargo.