El Ministro de Economía, Martín Guzmán, criticó la forma en que el Mercosur desarrolló un principio de acuerdo de libre comercio con la Unión Europea y pidió una mayor integración dentro del bloque sudamericanos.

Guzmán formuló estas críticas durante su presentación en la reunión de Ministros de Economía y Presidentes de Bancos Centrales del bloque regional, que se realiza de manera virtual.

En ese marco, el funcionario argentino advirtió que "para avanzar en una agenda de integración positiva es fundamental construir legitimidad y que las negociaciones de acuerdos internacionales como el del Mercosur y la Unión Europea se deban dar de cara a la sociedad".

"Esto es algo que no necesariamente ha ocurrido en la magnitud que debería haber ocurrido y que hoy enfrentamos problemas para avanzar en acuerdos entre el Mercosur y la Unión Europea en parte por la falta de discusión social que tuvo ese acuerdo", afirmó el ministro.

Consideró que "para poder negociar mejor con terceros Estados o con otros bloques es fundamental fortalecer la cooperación y la coordinación intra Mercosur, y el armado institucional de la arquitectura interna del Mercosur debe basarse en esa premisa". 

Desde hoy y hasta el miércoles inclusive se realizará una nueva "Cumbre del Mercosur" en la que los mandatarios de Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay fijarán sus posiciones acerca del intercambio comercial dentro del bloque y con otros países y regiones, y en el que Argentina asumirá la "presidencia per tempore" hasta junio.

En esta reunión, "no hay que esperar avances significativos" debido a las diferencias de agendas que tiene Argentina respecto a Brasil y Uruguay, principalmente, anticipo el integrante de la consultora Abece, Tobías Pejkovich, a Data Clave.

La situación de Argentina dentro del bloque se complicó a fines de abril cuando el canciller Felipe Solá anticipó la decisión del Gobierno de "no participar" en las negociaciones comerciales que el Mercosur lleva adelante con otros países, como Canadá, Coreo del Sur, o Singapur. 

Esa decisión generó el rechazo de los otros tres miembros, y la advertencia de Brasil de que "seguiría adelante" con las negociaciones, con o sin Argentina, lo que motivó que el presidente Alberto Fernández reviera su posición.