El ministro de economía, Martín Guzmán, tomó nota de la renuencia de la plaza financiera de tomar bonos en pesos a tasa variable a mediano plazo, y para el martes ofrecerá siete títulos, de los cuales, cinco se ajustan por inflación, y otros dos por el tipo de cambio, para descomprimir también la presión sobre el dólar. 

Esta semana vencen $220.000 millones sobre un total de $ 310.000 millones del mes, de los cuales, un tercio están en poder de organismo públicos. 

Los operadores del mercado financiero esperan sean los que tomen los bonos a tasa Badlar más un rendimiento adicional, que las ubica en el 42%, en línea con las menores estimaciones de inflación. 

El resto de las opciones, dos bonos atados a la variación del dólar y otras tres a la de la inflación, quedaría para los bancos y los inversores minoristas, que buscan protegerse de una eventual devaluación y un incremento en la inflación, a medida que se acercan las elecciones legislativas. 

El economista Juan Luis Bour advirtió que, a pesar de la confirmación de la llegada de U$S4.350 millones del Fondo Monetario Internacional (FMI), y la suba de precios de las materias primas, “la economía se desaceleró en el segundo trimestre” . 

A pesar de ese marco de bonanza “está bastante marcado la huida del peso de los agentes económicos”, dijo Bour en declaraciones a Radio Milenium. 

Esta “es una situación en que, por más controles que tengas, se escapa por la (ampliación de la) brecha cambiaria o por pérdidas de reservas. Son las dos caras de la misma moneda”

Desde la economía “lo que estamos viendo es una situación que se pone más incierta” en cuanto a la estabilidad cambiaria y financiera “a medida que llegan las elecciones”. 

Para Bour este clima probablemente se mantenga hasta las elecciones de noviembre, “lo cual es bastante tenso, porque una cosa es que pase unas semanas y otra cosa es que dure varios meses”. 

Para junio de este año la deuda pública alcanzaba su nivel más alto de la historia con U$S343.519 millones, según las estadísticas preliminares de la Secretaría de Finanzas. 

De ese monto, U$S340.940 millones se encontraban en situación de pago normal, US$ 106 millones en estado de pago diferido y U$S2.474 millones “elegible pendiente de reestructuración”, incluyendo en todos los casos los vencimientos de capital y de pago de intereses. 

El monto total de la deuda, nacional y extranjera, subió por tercer mes consecutivo, ahora en el equivalente a U$S2.346 millones y en U$S2.513 millones si se descuenta el efecto de la cancelación parcial de obligaciones con el Banco Central. 

Argentina debe enfrentar este año pagos por U$S3.600 millones al Fondo monetario internacional, la mitad en septiembre y la otra en diciembre, mientras negocia un acuerdo con ese organismo para refinanciar U$S45.000 millones. 

A esto se le deben sumar otros U$S2.000 millones que el Gobierno debe cancelar en marzo con el Club de París.