"Si mi voto era decisivo, votaba a favor", dijo sin pudor la senadora por Chaco, María Inés Pilatti Vergara, para dejar en claro que su oposición y la del kirchnerismo al acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) estaba sujeta a que el resto de las fuerzas, entre ellos peronistas y radicales, avalaran el pacto.

Fue el 17 de agosto del 2021 cuando el Senado convirtió en Ley el acuerdo con el FMI que apenas un mes antes había alcanzado el entonces ministro de Economía, Martín Guzmán, un pacto bastante mejor que el que había logrado Mauricio Macri de la mano de Nicolás Dujovne.

Reducir el déficit fiscal de 3,5 puntos del PBI a 1,9 en dos años, ir eliminando los múltiples de cambio, eliminar la asistencia financiera del Banco Central al Tesoro, eran alguno de los puntos sobre salientes.

A Dujovne le impusieron, y lo lograron, bajar en 4 puntos el déficit fiscal en solo dos años, y que el Banco Central se deshiciera de toda su deuda, lo que generó una avalancha de pesos en el mercado.

Pero, así y todo, “el relato” del kirchnerismo puso en duda que el plan, fuera aprobado en el Congreso. Por eso, una parte del oficialismo negoció con Juntos por el Cambio que la oposición votaba en favor “en general” el acuerdo, pero cómo este se llevaba adelante era responsabilidad del Gobierno.

En la Cámara de Diputados el kirchnerismo fue más belicoso y Máximo Kirchner, hasta entonces presidente de la bancada oficialistas, quien desgranaba su escaso conocimiento sobre los acuerdos con el FMI reclamando un programa 20 años, o que se le eliminaran a Argentina la sobre tasa que paga por haberse excedido en el monto prestado.

El ministro de Seguridad, Aníbal Fernández dijo, cual un soldado que no tiene opciones morales que: ”Yo nunca votaría en contra de un presidente peronista”, se preguntó qué pasaría si no había acuerdo, y fue más allá al recordar a Máximo que “tu mamá no te eligió a vos” para que fueras presidente, por lo que ahora había que llevar adelante lo acordado, luego dos años de espera, por Guzmán.

Así llegamos a estos días, en los que el ministro de Economía, Sergio Massa se muestra optimista. En una reciente entrevista al canal de noticias CNN en Español, consideró que el acuerdo con el FMI es “cumplible”, diferenciándose con Máximo Kirchner.

Por eso el viceministro de Economía, Gabriel Rubinstein, y el jefe de asesores en temas de deuda, Leonardo Madcur, lograron una modificación en las metas trimestrales y anuales de acumulación de reservas, si bien mantendrán las fiscales y monetarias.

Para el economista Aldo Abram, tanto el FMI como los demás organismos de crédito ayudarán al gobierno a terminar su mandato, y consideró que en este año “va a haber mucha inflación” pero no en los meses previos a las elecciones.

“Está toda la voluntad de los organismos internacionales y del Fondo de ayudar al gobierno, en la medida que no haga grandes macanas, darle todos los perdones y lo que sea necesario para que no se caiga el acuerdo, y que llegue a entregarle el mando al próximo”, dijo Abram en declaraciones a la radio RealPolitik.

En ese mismo sentido, el exrepresentante argentino en el FMI. Héctor Torres, advirtió que el organismo hará todos los esfuerzos para que el programa acordado con Argentina se cumpla, sin embargo “tiene sus límites” la hora de aceptar los desvíos en las metas pactadas.

“Yo no creo que el Fondo tenga grandes aspiraciones este año, más allá de evitar una crisis y poder empezar la negociación de una actualización del programa con el equipo económico de un nuevo Gobierno, lo antes posible sin esperar hasta diciembre”, dijo Torres al programa “Es por acá” por Radio Milenium.

Además, “los que critican al Fondo por el exceso de flexibilidad creo que no son muy prudentes y están escupiendo al cielo, porque vamos a necesitar de esa flexibilidad en el próximo programa” que acuerde el nuevo presidente surgido de las elecciones octubre, advirtió Torres.