El Banco Mundial presentó una serie de informes sobre las perspectivas exonómicas de los países miembros del organismo y en el caso argentino advirtió que la alta inflación afecta el crecimiento económico.

La entidad multilateral, que financia proyectos de inversión donde participan empresas privadas, estimó que el Producto Bruto Interno del país crecerá solo el 2% este año, que si se tiene en cuenta que terminó con un alza del 5% en el 2022, es producto de lo que se denomina “arrastre estadístico”. 

El BM señala que las restricciones a los movimientos de capitales, a las importaciones y a los precios “complicarán el ambiente de negocios”. 

El informe difundido este martes sobre las Perspectivas Económicas Globales, le dedicó algunos conceptos a la difícil situación del país. El reporte subraya que la fuerte inflación y los controles de precios complican el crecimiento económico de Argentina. 

La desaceleración en el crecimiento refleja “vientos en contra externos” mas específicamente, menores precios de las materias primas que exporta el país “y restricciones a la actividad interna relacionadas con el alto entorno inflacionario”, sostuvo el documento de la entidad que preside David Malpass. 

“El debilitamiento de la demanda externa afectará el crecimiento de las exportaciones, clave para sostener un contexto de superávit mientras el Gobierno mantiene controles estrictos en el comercio exterior”, afirmó. 

Por su parte, los controles de capitales, a las importaciones y a los precios “continuarán complicando el ambiente de negocios”, advirtió la entidad multilateral. Sin embargo, no son todas críticas a la situación del Gobierno. 

El BM consideró que las inversiones previstas para poner en marcha el gasoducto Néstor Kirchner “deberían mejorar las cuentas fiscales y la cuenta corriente al reducir el costo de las importaciones”. De todos modos, subrayó que “el contexto es altamente desafiante dada la necesidad de reducir la inflación desde tasas recientes superiores al 80% interanual, mientras se permite la depreciación del peso y la reforma de los subsidios energéticos”, que se traducirá en una suba de tarifas, en especial en Capital Federal y el Gran Buenos Aires. 

En octubre pasado, durante la conferencia anual del FMI y el BM, el economista jefe del banco para América latina, William Maloney, ya había proyectado que la economía crecería 2% este año y consideró clave “bajar la inflación, mantener el presupuesto fiscal sano”. Argentina se comprometió con el Fondo Monetario Internacional (FMI), al que le adeuda US$ 44.000 millones, reducíe el déficit fiscal de 2,5 a 1,9% del PBI, para lo cual deberá, entre otras cosas, reducir los subsidios a las tarifas, y que el dólar avance a la par de la inflación.