De cara a fin de año, las reservas netas se encontrarán por debajo de los US$ 4.000 millones, de los cuales, US$ 3.600 millones están en oro, y por eso “se vuelve significante” un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional” (FMI) para renegociar el pago de la deuda, explicó hoy Ecolatina.

La consultora llega a esta cuenta luego de excluir los Derechos Especiales de Giro (DEGs) que por valor de US$ 4.400 millones le otorgó el FMI, y que el Gobierno utilizará para pagar lo que resta de deuda hasta fin de año, además de unos US$ 20.000 millones de un swap que Argentina tiene con China, y dinero del Fondo de Basilea, que conforman las Reservas totales, entre otros asientos contables.

Ecolatina destacó en un informe que “en primer lugar, la reprogramación de los vencimientos con el Fondo se vuelve significativamente necesaria para sostener la deuda en situación de pago normal, ya que el stock de reservas resulta insuficiente como para hacer frente” a los pagos de unos US$ 20.000 millones anuales en 2022-2023. 

“Incluso si la renegociación se resuelve favorablemente, la estrategia cambiaria requiere un párrafo aparte”, porque el tipo de cambio oficial -que crece en torno al 1% mensual- “corre 25 puntos por detrás de la inflación desde inicios de año y pierda un 15% de su competitividad real desde diciembre del 2019 en la búsqueda de contener la aceleración inflacionaria durante el semestre electoral”. 

A pesar de que en este año el ingreso de US$ 4.400 millones en concepto de DEG, otros US$ 7.000 millones adicionales por los mejores precios de los productos agrícolas, la salida de solo US$ 1.000 en el balance con el turismo, un tercio de lo registrado en el 2019, y el endurecimiento del cepo, se registró “una pérdida de reservas”. 

Por este motivo, “un cambio de la estrategia cambiaria en pos de proteger las reservas netas implicaría que el Banco Central convalide una depreciación del tipo de cambio oficial que se acerque más a la inflación. La alternativa es una profundización de las restricciones cambiarias vigentes, algo que, como mencionamos, no iría de la mano de las eventuales condiciones negociadas con el FMI”. 

De todos modos, “a pesar de que un acuerdo con el Fondo y un reacomodamiento de la política cambiaria podrían quitar presión sobre las reservas netas, las mismas serán apenas suficientes para satisfacer la demanda de divisas necesaria para el funcionamiento de la actividad económica del 2022”. 

En ese marco, “el aporte del agro será nuevamente crucial para evitar cualquier ajuste brusco del tipo de cambio, recomponer reservas netas y poder sobrepasar el segundo semestre del 2022. Una vez más, maná de la tierra”, concluyó el informe de Ecolatina.

Si el clima ayuda, y con el viento a favor, el sector agrícola volverá a ser el principal aportante de divisas para el país el 2022 con U$S35.775 millones, apenas por debajo de los U$S36.680 millones de este año, según la estimación de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires.