Todas las Bolsas de Cereales del país coincidieron: las lluvias de la segunda quincena de octubre frenaron el deterioro del trigo en gran parte del área agrícola nacional, pero la cosecha comenzó con escasos rindes y todo proyecta una pérdida de al menos US$ 400 millones del cultivo que hace ingresar dólares al país a partir de diciembre.

La Bolsa de Comercio de Rosario ya le puso números: esta campaña, con un área sembrada similar a la de la anterior, 6,5 millones de hectáreas, pero con rindes menores, dejará una cosecha en torno a los 17 millones de toneladas, por debajo de las 19,5 millones de la 2019/20.  

El cálculo es sencillo, cada tonelada de trigo se estaba vendiendo en torno a los US$ 200 millones para diciembre, por lo que la pérdida ya llega a los US$ 400 millones. Desde la Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BCBA) apuntaron a que “si bien las últimas precipitaciones permitieron recomponer el perfil hídrico y detener el deterioro del trigo en el norte y en las provincias de Córdoba y Santa Fe, los especialistas siguen proyectando magros rendimientos de los granos a la hora de la recolección por los efectos de la sequía”. 

Para finales de octubre, se había recolectado el 6,1% de las 6,5 millones de hectáreas aptas para el cultivo. En el norte, las cosechadoras avanzaron durante la última semana de octubre con "rendimientos muy por debajo de los promedios históricos", indicó la BCBA. En el NOA, se reportaron "importantes pérdidas de superficie" y rindes promedios de 7,2 quintales por hectárea (qq/ha), mientras que en el NEA, llega a 9,3 qq/ha. 

En el centro del área agrícola, más puntualmente en Santa Fe y Córdoba, "las abundantes lluvias registradas durante los días previos revierten el escenario de déficit hídrico", aunque "la mayor parte del área aún en pie se encuentra finalizando el ciclo, sin chances de capitalizar la mejora en su ambiente y es por ello que las expectativas de rinde continúan muy por debajo a los promedios históricos", marcó la entidad bursátil. 

Lo contrario ocurre en el sur del área agrícola, que contó con lluvias más recurrentes que en otras zonas del país, por lo que "se mantiene un escenario favorable a cosecha, con un elevado potencial de rinde". 

NO TODO ESTA PERDIDO 

A pesar del magro desempeño del trigo,  las lluvias permitieron una recomposición en los niveles de humedad en los perfiles y mejoraron la condición para sembrar el maíz, que resultó el principal producto granario de exportación el año pasado. 

El progreso de implantación alcanzó a un tercio de las 6,3 millones de hectáreas estipuladas para el cultivo, con la ventana óptima para la siembra de los cuadros tempranos llegando a su fin. La campaña pasada alcanzó una producción de 48 millones de toneladas, superando por 1,5 millones a la de soja. 

Otro informe, este de la Bolsa de Cereales de Córdoba puso como dato sobresaliente que las ventas al exterior del maíz “durante los primeros ocho meses del 2020 fueron récord con 28,9 millones de toneladas comercializadas, lo cual implica no sólo un incremento del 16% en comparación al mismo período del año anterior, sino también un crecimiento de las ventas que se mantiene hace tres años”, indica el informe. 

Sin embargo, “el precio promedio del cereal durante los primeros ocho meses de 2020 fue de US$ 161 por tonelada, el valor más bajo de los últimos diez años, decreciendo 3% con relación al 2019 y 7 dólares por debajo del promedio de los últimos cinco años”, señaló la Bolsa.