Con los datos del Indec que hablan de una desocupación del 11% a fines del año pasado, 2,1 puntos más que en el cierre del 2019 y la sub ocupación demandante en el 10,3% (9,5% anterior), los economistas y las consultoras coincidieron en que la baja del desempleo vendrá por el lado del trabajo informal.

Sin embargo, ese crecimiento estará asociado a empleos de baja calidad, precarios, y que incluso puede debilitar la democracia, ya que  “mientras mayores sean los déficits laborales, más fértil es el campo para las políticas demagógicas y oportunistas”, advirtieron.

Para retornar a igual número de ocupados que en 2019 “se requerirán 5 años de crecimiento por encima del 3%, un escenario positivo teniendo en cuenta los profundos desequilibrios macroeconómicos actuales”, destacó un reciente informe de la consultora Acebed. 

Además, para que el 43% de la población (tasa de empleo de finales 2019) vuelva a trabajar, “se requerirán dos años más”, hasta el 2023, debido al crecimiento poblacional, destacó la consultora que integra Dante Sica, ex ministro del gobierno de Mauricio Macri.

Desde el Instituto para el Desarrollo Social Argentino (Idesa) la pandemia, con su caída de casi el 10% de la actividad económica “profundizó los problemas laborales” y quienes más lo sufrieron fueron los trabajadores informales”. 

“Con más flexibilidad a la movilidad de las personas, parte de estos empleos se están recuperando. Pero se mantiene la tendencia secular a no generar empleos de calidad”, advirtió Idesa a través de un comunicado. El instituto, que tomó los datos del Ministerio de Trabajo al cuarto trimestre del año pasado y apuntó a que “la pandemia acumula un saldo de 800.000 personas que perdieron su trabajo”. 

Esta caída en la ocupación tiene diferentes matices en su composición ya que el empleo no asalariado (cuentapropista) creció en 150.000 personas, el asalariado registrado, mayormente privado, cayó en aproximadamente 200.000 puestos, y el no registrado bajó en 750.000 personas.

“La recuperación de la economía por el relajamiento de las medidas sanitarias está activando la recuperación del empleo informal”, principalmente en el sector de la construcción. Sin embargo “que pocas personas en edad activa accedan a un empleo formal tiene connotaciones muy negativas. Expulsa a muchas familias a un estado de alta vulnerabilidad y agrega dificultades severas para financiar el sistema de protección social”, apuntó el Instituto. 

“Un mercado laboral con más gente en la inactividad, en el desempleo y en la informalidad también pone en riesgo el funcionamiento de la democracia. Mientras mayores sean los déficits laborales, más fértil es el campo para las políticas demagógicas y oportunistas manipulando a la gente en base a su necesidad”, advirtió. 

En tanto, la consultora Ecolatina indicó que para este año “el empleo crecerá en todas sus modalidades en 2021 debido a la baja base de comparación que dejó 2020 y a las menores restricciones (laborales) que se impondrán, incluso con una segunda ola de Coronavirus”. 

Sin embargo, la recuperación del empleo para este “será parcial”, debido a un sistema “rígido” de contratación, la falta de calificación de la mano de obra desempleada, y ciertos rubros, como el turismo, o el transporte, que seguirán afectados por la pandemia, por lo que la creación de puestos de trabajo estará “levemente por encima del rebote de la actividad” en torno al 7,5 % u 8 %, destacó el informe.