El salto del dólar y la escalada de la brecha cambiaria no solo impactan en la inflación, sino también en la actividad económica. A eso se suma el endurecimiento del cepo a las importaciones, ya que hay casos en los que algunas plantas industriales tuvieron que frenar sus procesos productivos por falta de insumos. En tanto, el mercado espera un freno en la economía para el segundo semestre.

Este jueves el Gabinete económico decidió una flexibilización de acceso a dólares para insumos que se encontraban embarcados antes del 27 de junio pasado, una gestión que venían realizando las grandes firmas y pymes a través de las cámaras sectoriales. De todas formas, los empresarios advierten que la medida resulta un “parche” ante la incertidumbre actual. 

Por caso, el presidente de la Unión Industrial de Buenos Aires, Martín Rappallini, sostuvo que hay trabajo junto al Gobierno para ayudar el abastecimiento de importaciones claves para la producción. “En la provincia tenemos casos que han detenido la producción por la imposibilidad de acceder a insumos básicos”.

"La suspensión en la producción se traduce en menos empleos y las industrias están intentando aminorar este efecto mediante la anticipación de las vacaciones confiando en que esta situación se va a resolver", sostuvo el industrial. Además, Rappallini agregó que "Las más afectadas por esta situación, como siempre, suelen ser las PyMEs que en muchos casos actualizan costos sólo para mantener al personal, si estas empresas paran la producción, les va a ser muy complejo volver a reactivarla".

Esta situación también repercute en la construcción que tiene problemas de acceso a bienes importados para llevar adelante su actividad o en muchos casos los aumentos de los proveedores para cubrirse del salto cambiario son significativos. “Está difícil acceder a productos como requieren en obras eléctricas, de saneamiento, maquinas viales y repuestos. En los corralones encontramos aumentos de hasta 40% en algunos materiales por el aumento del dólar, detalló el presidente de la Cámara de Construcción Gustavo Weiss

Ambas preocupaciones fueron planteadas por los gobernadores en las reuniones que tuvieron esta semana con Silvina Batakis. Otra inquietud que llevaron los mandatarios provinciales fue la obra pública. La ministra de Economía afirmó que no se paralizará ningún proyecto, aunque en la última revisión del FMI Martín Guzmán había acordado un recorte de 0,4 puntos en el presupuesto para gastos de capital para llevarlo desde el 2,2% del PBI al 0,8% del PBI este año.

En este marco, los analistas plantean que para el segundo semestre habrá una desaceleración en la recuperación de la economía que terminaría con un alza del 2,5% en 2022. Ese dato está por debajo de lo que se consignó en la última actualización del Presupuesto prorrogado de 2021.

Es que en mayo la economía creció 0,3%, pero ese fue el último mes sin las últimas restricciones de acceso a dólares. En la baja de la actividad jugará un papel importante la aceleración inflacionaria que comenzó a partir de junio y que en julio podría marcar un IPC con piso de 7%. Las previsiones anuales ya se encuentran arriba del 80%.

“Esperamos que en la segunda mitad del año el comercio comience a resentirse producto de una acumulación de la inflación que será mucho más sensible en el poder adquisitivo. A su vez, el actual clima político no acompaña y demora cualquier proyecto de inversión. De este modo, desde una base algo magra se empezará a erosionar el nivel de actividad”, proyectó la consultora LCG en su último informe.