En el Gobierno descartan por el momento otorgar por decreto un bono o suma fija a trabajadores privados para compensar la aceleración de la inflación del segundo semestre que se montó sobre los altos niveles del primero. La estrategia seguirá enmarcada en las “paritarias libres” que determinen, en cada caso, si es necesario un extra en las remuneraciones. Mientras, se trabaja para un refuerzo de ingresos para sectores vulnerables, a partir de la recaudación por el “dólar soja”.

Sergio Massa, compartió este martes un almuerzo con la cúpula de la Cámara Argentina de la Construcción (Camarco) en la que se habló, entre otras cosas, de inflación y salarios. Según detalló el titular de la entidad, Gustavo Weiss, el ministro de Economía transmitió que su intención es que las paritarias sigan adelante “de forma independiente” sin bono o suma fija por decreto y reconoció que dentro del Frente de Todos hay diferentes opiniones al respecto.

En todo caso, el titular del Palacio de Hacienda, en línea con las pautas que sigue el ministro de Trabajo, Claudio Moroni, es que cualquier adicional o suba de salario se acuerde de manera sectorial. En los despachos oficiales ponen como ejemplo a los estatales, que cobrarán $30.000 en diciembre, e incluso resaltan el tan calificado como "combativo" sindicato de neumáticos. Camioneros fue más allá y piensa en un 131%.

El Gobierno descarta bono por decreto para privados y apuesta todo a las "paritarias libres"

Esta discusión se da en medio de los altos niveles de inflación, que apuntan a cerrar en 95% o incluso más este año. Massa reconoció en Camarco que este último trimestre será muy leve la baja en el índice de precios, pero aseguró que en el primer semestre de 2023 será "sustancial". De hecho, el Presupuesto 2023 que presentó su cartera al Congreso apunta a cerrar el 2023 con 60%, muy por debajo de las proyecciones del mercado.

En tanto, los ingresos de los asalariados no logran recuperar los 20 puntos de caída del período 2019-2017 e incluso se encuentran un poco por debajo de los últimos meses del Gobierno de Mauricio Macri. Esto motivó a muchos sindicatos a bregar por un bono o suma fija por decreto, es el caso de Pablo Moyano o Hugo Yasky.

Por otro lado, el ingreso de los sectores no registrados “se derrite” en palabras del director del Observatorio de Derecho Social de la CTA, Luis Campos, y se encuentran 27,4 puntos por debajo de 2015. No es casualidad la suba de la indigencia del 8,2% al 8,8% en el primer semestre y las proyecciones de empeoramiento en ese indicador, además del de pobreza, para la segunda mitad del 2022.

Tweet de Luis Campos

La respuesta que aplicará el Gobierno, pensada por el equipo de Sergio Massa, quedó plasmado en el decreto del “dólar soja”. La medida hace mención a la creación de un fondo con parte de lo recaudado para brindar una “prestación monetaria  extraordinaria no contributiva y de alcance nacional que asegure una adecuada alimentación para las personas en situación de extrema vulnerabilidad”. Las estimaciones oficiales hablan de que ese refuerzo llegará a poco más de 2 millones de personas, ya que será para quienes no perciban ningún tipo de prestación por desempleo o programa social.

En las últimas semanas surgieron versiones de que el mecanismo elegido sería un bono por tres meses de $16.500 para el universo mencionado que podría aliviar la situación del segundo semestre, cuando la inflación alcanzó las variaciones mensuales más altas en 20 años. Ya hubo un refuerzo para jubilados de $7.000 y suba en las asignaciones familiares de trabajadores de menores ingresos, financiado con el adelanto de Ganancias para grandes empresas. La tónica del Palacio de Hacienda es que cualquier medida de refuerzo no debe atentar contra el déficit fiscal y las metas acordadas con el FMI.