Entre martes y miércoles, en un contexto de escasez de dólares, el Gobierno realizará un pago al Fondo Monetario Internacional por US$ 2.700 millones. Mientras tanto, el viernes el directorio del organismo se reunirá para dar el visto bueno a la primera revisión técnica del acuerdo firmado en marzo, que ya tuvo el tilde verde por parte del staff técnico, y también para trazar un sendero en el que se cambiarán las metas trimestrales, pero se mantendrán las anuales del programa. Se cumplieron cuatro años desde el primer desembolso a la Argentina.

En Economía detallaron que el giro será pagado con derechos especiales de giro (DEG) que el Tesoro guarda en el Banco Central como parte de lo que quedó del primer desembolso del Fondo por US$ 9.700 millones luego de la firma del pacto el 25 de marzo pasado. Este cronograma estaba previsto desde aquella rúbrica. 

En el equipo de Martín Guzmán consideran que el board del FMI aprobará la primera revisión del programa de facilidades extendidas, ya que se cumplieron todos los objetivos planteados. De todas formas, reconocen que en el segundo trimestre esa situación será distinta y anticiparon ya un incumplimiento. 

La visión oficial es que las autoridades del organismo entenderán la situación Argentina luego del impacto de la guerra en Ucrania y existirá la posibilidad de reprogramar los objetivos trimestrales sin necesidad de pedir el famoso “waiver”. Así, el país recibirá 3.000 millones de DEG, o el equivalente a US$ 4.100 millones que irán directamente al BCRA y quedarán pendientes para futuras cancelaciones de capital e intereses.

A su vez, el Gobierno no modificará las metas cuantitativas anuales del Fondo: una acumulación de reservas internacionales de US$ 5.800 millones, un nivel de déficit primario equivalente al 2,5% del PBI y un nivel de asistencia monetaria al Tesoro por parte del Banco Central no mayor al 1% del PBI. No es un secreto que para Guzmán esto debería funcionar como un “ancla” en las expectativas del mercado, que en los últimos meses viene dándole la espalda con subas en los dólares paralelos y una inflación que apunta a finalizar arriba del 70% en 2022. Para el ministro el IPC no debería superar el 62%.

La madre de todas las batallas, incluida la de la inflación, sostienen en Economía y hasta la propia vicepresidenta Cristina Kirchner, es la falta de reservas en el Banco Central. La insistencia del Fondo en este tema tiene que ver con generar estabilidad en la macroeconomía, pero sobre todo capacidad de pago de las deudas

Mientras tanto, el próximo miércoles el Indec publicará el dato de la balanza comercial (ICA) correspondiente a mayo. Según dejaron trascender fuentes oficiales, el nivel de importaciones continuó en niveles récord, arriba de los US$ 7.600 millones, con la compra de energía como protagonista. En tanto, la consultora LCG estimó que el resultado comercial dará un superávit de US$ 1.200 millones, una caída del 25% anual.