A pesar del “éxito” del dolar soja II, no son todas buenas noticias para el equipo de Sergio Massa. El impacto monetario de los dólares que provienen del campo a un precio preferencial hará que el Banco Central, que podría terminar diciembre con compras netas por USD 1.950 millones, deba destinar en cambio una emisión neta de ARS 510.000 millones (el 11,5% de la base monetaria) para hacerle frente a sus compromisos. Un numero gigantesco de pesos que pondrá a prueba otra vez la demanda de billetes locales que habrá en el mercado y que amenaza con presionar sobre la cotización del dólar. 

Las razones, dicen los analistas, es que si se dividen los dólares acumulados por el "soja II" y los pesos emitidos para adquirirlo, el precio implícito debería estar cercano a los 260 pesos, casi un 52% superior al dólar mayorista oficial promedio, el cual rige para el resto de las operaciones de comercio exterior. Pero estos no son los únicos problemas que deparan al equipo económico de Massa en diciembre. 

Y es que por el pago de intereses de las Leliq -que a esta altura es cerca del 11,6 % de la Base Monetaria cada treinta días- se necesitarán imprimir 470.00 millones de pesos para transferencias para cubrir el déficit fiscal, lo que sumado a la deuda en pesos de diciembre en manos de privados que vence a fin de año (cercana a los 350.000 millones), los pesos empezarán a sobrar en el mercado. 

La buena noticia es que el Gobierno, pese a todas las cuentas que deberá pagar, tiene dos razones para no estresarse de más. Aparte de las liquidaciones de granos por 3000 millones de dólares y a pesar de la menor acumulación de reservas, la emisión monetaria es mucho menor que la de la era Guzmán.

De hecho, en la reciente aprobación de las tercera revisión de las metas pactadas con el FMI, los técnicos del Fondo volvieron a pedir que se intente cerrar la brecha cambiaria, pero sin dramatizar: en los hechos, desde el Fondo también monitorean el “dólar blue”, y saben que si se mantuvo estable y a la baja en los últimos días, es porque no avizoran una crisis. 

En rigor de verdad, en el FMI saben que con la decisión del directorio de que lleguen a la Argentina cerca de 6000 millones de dólares en los próximas semanas, las posibilidades de una crisis cambiaria fuerte parece haberse alejado. Los técnicos del Fondo Monetario también se vieron sorprendidos por los números que les paso el BCRA sobre el incremento de las suscripciones a los Fondos Comunes de Inversión (FCI) y los plazos fijos. En especial los de los FCI, que este mes cooptaron casi 30.000 millones de pesos nuevos, seducidos por las atractivas tasas de interes que paga el BCRA. Datos que no cambian el clima, pero al menos, dicen en Economía, alejan la tormenta.