Altos precios de los granos, Brasil en crecimiento, y tasas de interés bajas, ayudaron desde el “frente externo” a la recuperación del 9% de la economía Argentina para este año. Sin embargo, muchos de esos factores comienzan a ponerse en duda.

El primero es Brasil, el principal socio comercial de Argentina, que entró en recesión técnica al caer 0,1 % en el tercer trimestre de 2021, en la comparación con los tres meses anteriores, según informó el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE).

El mercado financiero espera un crecimiento del 4,7% del PIB en este año, mientras que para 2022, año electoral, la previsión es de un avance del 0,58%, de acuerdo con el boletín Focus del Banco Central.

¿Cómo afecta esto a Argentina? "Nuestro tiene una relación ‘pro-cíclica’ con Brasil. Cuando ellos crecen, demandan más bienes nuestros, especialmente del complejo automotriz y siderúrgico, pero cuando les va mal, no solo dejan de comprarnos, sino que somos una plaza cercana donde colocar la producción excedente”, explico el economista Eugenio Mendez, del Centro de Estudios de Economía y Estado en declaraciones a Data Clave.

La actividad agropecuaria, principal motor de la economía de Brasil, fue la gran responsable por el desempeño del Producto Bruto Interno (PBI), al derrumbarse un 8% en el tercer trimestre de 2021, en parte, según el gobierno, por la sequía en 91 años.

En este año, en que Argentina crecerá al menos 9%, el acumulado de la balanza comercial con Brasil hasta noviembre arrojaba un superávit de US$ 203 millones para aquella nación.

Las exportaciones argentinas acumuladas hasta noviembre llegaron a los US$ 10.714 millones (+50% i.a.) y aún se ven superadas por unas elevadas importaciones de US$ 10.917 millones (+42 % i.a.).

El otro factor que puede afectar no solo a la economía Argentina, si no, también a todos los mercados, es una eventual suba de las tasa de Estados Unidos, y que absorba la liquidez reinante hacia esa nación, como una forma de bajar la inflación.

El índice de desempleo en los Estados Unidos cayó cuatro décimas a 4,2% en noviembre pese a generarse menos puestos de trabajo de lo esperado en elmes según datos publicados por la Oficina de Estadísticas del Departamento de Trabajo en Washington.

Aún falta un trecho para que los números de desempleo en los Estados Unidos recuperen sus niveles previos a la crisis económica generada por el coronavirus, donde marcaban un 3,5% de desempleo con 5,7 millones de desempleados.

Si bien el número de nuevos puestos estuvo lejos del estimado, la caída en la tasa de desempleo y la suba en la tasa de participación laboral podría animar a la Reserva Federal (FED) a reducir su política de estímulos monetarios más rápido de lo previsto, en el marco de una aceleración de la inflación.

El presidente de la FED, Jerome Powell, había indicado el pasado martes, que el organismo podría intensificar la reducción en la compra de “activos tóxicos” en su próxima reunión de diciembre, frente a una inflación que ya no es de carácter "transitorio", como había mantenido la narrativa de la entidad hasta ese entonces.

Desde Argentina, la economista Marina dal Poggeto apuntó a que “si bien hay un componente transitorio en la inflación en Estados Unidos, todo hace prever que la FED en algún momento tendrá que acelerar la suba de tasas. Es claro que no quieren hacerlo de golpe y si se fortalece el dólar, algo que puede tener un impacto (desfavorable) sobre los commodities”.

Argentina recibió este año US$ 7.000 millones de dólares adicionales debido a los altos precios agrícolas, en especial la soja, no solo por la mayor demanda de China, sino también por la especulación de fondos financieros que vieron en este segmento un espacio dónde ganar el dinero que no obtenían en otras plazas.

A esto se le suma la posibilidad de que existan rebrotes y restricciones por la nueva variante Ómicron del coronavirus lo que mantiene “pisado” los precios de los productos agrícolas, en especial los de la soja y el maíz.

El economista del IERAL Juan Garzón explicó a Data Clave que para el 2022 “tendremos buenos precios, no tan altos como los de este año, pero seguramente la soja andará en torno a los U$S 450, que no es el “pico” de US$ 550 de junio, pero tampoco los US$ 330/340 de la pre pandemia”.