La campaña agrícola iniciada este año alcanzará las 120,8 millones de toneladas, con una baja del 6,1 % respecto a la producción anterior, lo que la ubicaría como la segunda merma consecutiva, informó hoy la Bolsa de Cereales de Buenos Aires.

La entidad realizó por internet el Lanzamiento de la Cosecha Gruesa 2020/21 y anticipó las cifras para el nuevo ciclo productivo, durante la quinta edición de su Congreso de Perspectivas Agrícolas.

El jefe de Estimaciones Agrícolas de la Bolsa, , Esteban Copati, destacó que “el escenario climático será determinante este año, limitando no solo el área sembrada sino también los rendimientos previstos para cada uno de los cultivos más importantes de Argentina”. 

En consecuencia, se prevén reducciones interanuales de 1,2 % en la superficie sembrada y de 6,1 % en la producción, que alcanzarían 33,15 millones de hectáreas y 120,8 millones de toneladas respectivamente.  La entidad estimó que el producto bruto agrícola en la campaña 2020-21 rondará los US$ 31.100 millones, un nivel apenas 0,2% inferior al del ciclo 2019-20 (en parte por una superficie sembrada 1,2% inferior), mientras las exportaciones agroindustriales caerían 3%.

“Los cultivos más afectados serían el trigo, el maíz y el girasol. De confirmarse este escenario, sería la segunda campaña consecutiva con caída en los números totales”, advirtió Copati.

Por su parte el economista jefe de la entidad, Agustín Tejeda Rodríguez, y el director de la Fundación INAI,  Nelson Illescas, apuntaron a que “a la incertidumbre internacional, deben sumarse los factores que provienen de las políticas domésticas”. 

“Los flujos comerciales y los precios de los productos agrícolas se ven afectados por factores disruptivos como el coronavirus, la guerra comercial entre China y Estados Unidos y la Fiebre Porcina Africana, que imprimen una importante variabilidad y están lejos de resolverse”, ´señaló Illescas. 

Sin embargo, la reciente recuperación en las cotizaciones, explicada por factores como menores cosechas ante demandas en recuperación, y la debilidad del dólar estadounidense, permiten que los márgenes al productor se recuperen, luego de situarse muy por debajo a los de la campaña previa.