Comenzó el último trimestre y el desafío de Sergio Massa es sumar la mayor cantidad de reservas posibles en el Banco Central para evitar una devaluación, por lo que comenzará un proceso de mayores controles en importaciones e incentivos a los sectores que considera pueden generar los dólares necesarios para “estabilizar” la economía. El sueño del equipo económico: volver a la macroeconomía del proceso 2003-2005.

El ministro de Economía descartó este viernes que existan intenciones de propiciar un salto cambiario y afirmó que eso empujará a “otro 20% de argentinos a la pobreza”, en un momento en el que las expectativas para el segundo semestre son de un piso del 40% de personas que no llegan a cubrir con sus ingresos las necesidades básicas. La inflación, mientras tanto, no dio tregua en el tercer trimestre y mostró las variaciones mensuales más altas en dos décadas, justo antes del período que “añoran” en el Palacio de Hacienda, donde preparan una batería de bonos para paliar la situación social.

“No se puede mirar la economía sin paz social, empujar a 20 puntos de los argentinos a la pobreza puede ser muy útil en un PowerPoint, pero la Argentina no es un powerpoint”, sostuvo Massa. 

La finalización del “dólar soja” dejó un saldo más que positivo para el Banco Central, que pudo sumar cerca de US$ 5.000 millones de los más de US$ 8.000 millones que liquidó el complejo oleaginoso. Ese ingreso permitió cumplir con el FMI y a la vez despejar un poco las incertidumbres del mercado. En los próximos meses se esperan desembolsos de organismos internacionales, como los US$ 1.200 millones del BID, US$ 3.900 millones del FMI, entre otros, pero el equipo de Massa dejó claro que “no se van a regalar”.

En concreto, la clave para evitar una devaluación brusca será “cuidar” esas divisas y propiciar un incremento en las exportaciones de determinados sectores. De hecho, este lunes el ministro anunciará un cambio en las posiciones arancelarias que tiene  licencias automáticas a no automáticas, motos de agua, toallas o máquinas tragamonedas; mientras que para los sectores productivos pyme habrá un mecanismo de trazabilidad para saber cuándo el BCRA le librará los dólares para importación. 

Ambos reclamos llevaron a Economía a las cámaras empresarias más importantes del país. Otro punto que preocupa a los empresarios, indican cerca de Massa, es la salida de dólares por turismo en la última parte del año y de cara al Mundial de Qatar. En agosto se fueron casi US$ 800 millones en viajes, pasajes y otros pagos con tarjeta, acumulando en el año US$ 4.630 millones. 

“La preocupación que nos deje dependerá del nivel de exportaciones que tengamos”, sostienen en el equipo económico. En tanto, este lunes también se anunciará una flexibilización en el cepo para las empresas de economía del conocimiento, una de las que Massa llama “turbinas de dólares” con un potencial superior a los US$ 7.000 millones anuales, por lo que se les permitirá acceder al 30% de los dólares incrementales por exportaciones, con un 20% adicional si abren nuevos negocios en el país, entre otros.

El secretario de Programación Economía, Gabriel Rubinstein, sostuvo que para “estabilizar” la economía Argentina debe sumar reservas y bajar el déficit fiscal. Un recuerdo de lo que fue una situación “ordenada” durante la primera parte del Gobierno de Néstor Kirchner y cuando él era funcionario del entonces “súperministro” Roberto Lavagna.

“Lo antes que podamos deberíamos volver a la macro del 2003-2005: superávit primario del 3% del PIB. Por ende superávit externo (cta cte del 2% PIB). Dólar único. Inflación del 5% anual (sin controles de precios). Tasa Lebac (Leliq) 6% anual.  u$s 40,000 millones de Reservas Netas”, afirma Rubinstein.

El diagnóstico del Ministerio de Economía es que el “desorden actual” se refleja en una brecha cambiaria que, a pesar de fluctuaciones, no baja del 100%. Allí encuentran explicación a una “parte” de los aumentos de precios, a partir de empresas que alcanzaron márgenes muy altos de ganancia en los últimos años. De todas formas, para Rubinstein el origen de la inflación se encuentra en la emisión monetaria para financiar el déficit fiscal: “explica al menos 40 puntos de los 60% que proyectamos para 2023”.