El martes, el mercado de cambios operó US$ 276 millones, de los cuales, el Dólar Soja III aportó 66 millones y el Banco Central (BCRA) compró apenas US$ 14 millones. Esa operatoria es solo una muestra del escaso nivel de penetración que tuvo este tipo de cambio diferencial lanzado durante la primera semana de abril de un dólar de $ 300 para la soja. 

Pero varios factores incidieron en esta tercera edición del Programa de Incentivo Exportador (PIE). Por un lado, la cosecha de soja es la mitad del año pasado, apenas 21 millones de toneladas (si todo va bien) y precios por debajo de los del año pasado. Es que si bien la sequía afectó los cultivos en Argentina, pero no así en Brasil, que siguió proveyendo de oleaginosas al mundo.

Durante el primer cuatrimestre del año el intercambio comercial dejo un déficit de US$ 1.469 millones contra una ganancia de US$ 2.840 millones del 2022, según las cifras del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec).

Pero no solo fue un problema de menores cantidades vendidas, si hubiesen prevalecido los precios del primer cuatrimestre del 2022, el déficit habría sido sustancialmente menor, de US$ 290 millones, porque los precios de las exportaciones, mayormente productos agrícolas, bajaron 4,7%, mientras que las importaciones se mantuvieron estables.

Pero además, cuando se realizó el Dólar Soja I en septiembre, el Banco Central lograba retener el 60% de lo que se liquidaba, la segunda edición, en diciembre, un 70 %. Hasta esta semana, la entidad monetaria solo retenía alrededor del 25%, según un informe de la consultora Economía y Sociedad.

El profesor e investigador del Centro de Agronegocios y Alimentos de la Universidad Austral, Dante Romano, consideró que el PIE “tampoco logró que los productores avanzaran en ventas, a pesar de que los precios en pesos que se logran divididos por el tipo de cambio oficial arrojan precios interesantes por encima de los 460 USD/tt”.

Romano, a través de un comunicado de prensa, explicó que para los productores que reciben los pesos, y volver a dolarizarse es complejo: “Sólo se puede hacer en la cuenta chacarero que está complicada, en plazos fijos en Banco Nación, o en instrumentos financieros que, si bien son privados, generan dudas en muchos productores”.

“Muchos se preguntan si no podría venir otro “round” en cualquier momento en soja, o acaso en maíz, o en ambos. El escenario se vuelve más complejo a cada minuto, y los productores se quedan paralizados”, añadió Romano.