La Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas (FIEL) advirtió sobre la posibilidad de una corrida cambiaria o un crecimiento exponencial de la inflación si los acreedores internos dejan de financiar el déficit fiscal que este año rondará el 3,5% del PBI. 

A través del documento titulado “Inconsistencias electorales”, la consultora apunta a que: “Otra curiosidad de esta campaña es la sugerencia del oficialismo de que la única deuda pública relevante es la que se emite en dólares”.  

“En primer lugar, este nuevo discurso del oficialismo se contrapone a los ejercicios de sostenibilidad de la deuda que presentó el (propio) Ministerio de Economía al Congreso en oportunidad de discutirse la restructuración de la deuda en moneda extranjera con inversores privados que incluían, como es correcto, a toda la deuda estatal”, advirtió el documento que lleva la firma de Daniel Artana

“En segundo lugar, es curioso que la deuda en pesos sea vista como un «paga Dios» cuando uno de los principales tenedores es el Fondo de Garantía de Sustentabilidad de ANSES”, recordó. 

Reconoce que “es cierto que la deuda en moneda local puede licuarse por decisión del Banco Central del país, pero ello no está exento de problemas (para los memoriosos, recordar la salida del Plan Primavera que desembocó en la hiperinflación de 1989). La verdadera ventaja aparece cuando los ahorristas locales tienen en cartera gran parte de la deuda estatal y no salen corriendo a venderla ante el primer cimbronazo”.  

FIEL apuntó a que “si la clave es que los ahorristas le hagan el aguante al gobierno, no cambia mucho que la deuda sea emitida en moneda local o extranjera”. 

Para la consultora “tarde o temprano habrá que encarar una reducción profunda del gasto estatal” debido a que “las licuaciones del gasto previsional y de los salarios públicos que ha realizado este gobierno para financiar parcialmente subas en otros gastos no son sostenibles”.  

Recordó que, hasta julio, el Gobierno logró cerrar las cuentas primarias con un déficit equivalente a 0.7% del PIB, “bastante menor al que se podía inferir del presupuesto”.  

“El ajuste en jubilaciones y salarios públicos sumado a ingresos extras por retenciones y el aporte solidario más que compensaron las mayores erogaciones en subsidios a la energía y el transporte”, apuntó el informe. 

Sin embargo “las urgencias electorales han impulsado un relajamiento que, ya puede verse, llevará a una mayor emisión monetaria. Si se supone que el déficit del año antes del pago de intereses termina en 3.5% del PIB, que se financia con emisión” la cual buscará “esterilizarse” a través de la colocación de nuevos títulos de deuda en pesos.