El Gobierno espera para este mes un giro cercano a los US$ 6.000 millones por parte del FMI con el que cerrará el año con un saldo positivo de US$ 4.800 millones con el organismo. Sin embargo, la dinámica será distinta en 2023: el calendario de pagos y desembolsos dejará un egreso neto para el país de US$ 3.500 millones cuando deberá al mismo tiempo acumular US$ 4.800 millones.

Los técnicos del Fondo y del Ministerio de Economía llegaron a un acuerdo sobre la revisión de las metas del tercer trimestre de reservas, emisión y déficit fiscal de la que depende un desembolso de US$ 6.000 millones, o 4.500 millones de DEGs que es la moneda que utiliza el organismo con sede en Washington. El equipo económico espera con ansias la llegada de esos recursos para llevar tranquilidad a los mercados, a los que se sumará la ampliación del swap chino y préstamos pendientes con otras entidades multilaterales.

Según un informe de Invecq, el Gobierno cerrará 2022 con un ingreso neto de divisas con el FMI por casi US$ 4.800 millones. También destacaron que esa dinámica se revertirá en 2023: suponiendo que el país apruebe todas las evaluaciones por las que dependen los desembolsos habrá un egreso neto por más del US$ 3.500 millones contemplando el pago de capital e intereses.

La consultora explicó que las cancelaciones al organismo entre enero y abril están 100% calzadas a los recursos liberados hasta marzo de 2023, los cuales están sujetos al cumplimiento de las metas del programa. Desde mayo en adelante las operaciones dejan de significar un financiamiento neto positivo.

"Entre mayo y agosto el Fondo le 'bajaría' a la Argentina poco más de US$ 1.200 millones (cuando en el mismo lapso el país enfrentará vencimientos de capital e intereses por más de US$ 3.400 millones). Si bien los valores pueden variar mínimamente por diferencias cambiarias, en el lapso inmediatamente pre-electoral (mayo-agosto) el país enfrentará pagos netos al Fondo por más de US$ 2.200 millones", detalló Invecq.

Este panorama complica las perspectivas en el frente externo para el país en un 2023 en el que el BCRA deberá acumular US$ 4.000 millones para cumplir el criterio de desempeño pactado con el FMI. Este año el objetivo quedó en US$ 5.000 millones, luego de la última flexibilización que otorgó el organismo. Para alcanzar esa meta, el Gobierno tuvo que aplicar dos versiones del "dólar soja" con su respectivo costo fiscal y restringir las importaciones, lo que aportó al enfriamiento de la actividad económica.

La consultora Ecolatina precisó otros inconvenientes a enfrentar en el frente cambiario: "El frente externo mostrará un menor dinamismo en materia de actividad; surgen dudas sobre cuánto podrán seguir postergándose los pagos pendientes de importaciones (deuda comercial); la brecha cambiaria continúa en niveles incompatibles con un escenario de estabilidad económica y el nivel de tipo de cambio real no contribuye a lograr un superávit de cuenta corriente sostenido en el tiempo. En este marco, la puesta en marcha del gasoducto Néstor Kirchner emerge esencial para reducir los pagos por importaciones energéticas".