Las declaraciones del economista lavagnista se dieron en el marco de la defensa del Presupuesto 2023 que ya fue aprobado en Diputados. Las palabras de Gabriel Rubinstein, en el medio del salón azul del Senado, son el prólogo para que este jueves se firme el dictamen del presupuesto, ya que el oficialismo quiere sancionarlo el 17 de noviembre. En ese contexto es que Juntos por el Cambio, a través del radical Víctor Zimmerman, reclamó la presencia del ministro de Economía Sergio Massa -que no estuvo por temas de agenda- y del presidente del Banco Central Miguel Pesce

"La emisión monetaria que no tiene contrapartida en un aumento de la demanda real de dinero, es netamente inflacionaria. Esto no es ni de derecha ni de izquierda, ni liberal ni marxista", señaló Rubinstein en una reunión de la Comisión de Presupuesto del Senado que preside el riojano Ricardo Guerra. Rubinstein volvió a criticar de manera indirecta y afirmó que si no se dejan de imprimir billetes para cubrir el gasto, la inflación será siempre alta, "por más controles que existan". En un mensaje velado a Cristina Kirchner, reafirmó la gestión económica de Roberto Lavagna, de la que el economista formó parte, cuestionando a las administraciones de CFK, quien no fue a la reunión porque estaba en su despacho con audiencias privadas.

Rubinstein acuerda en gran parte con las proyecciones promedio de los Relevamientos de Expectativas del Mercado (REM) que publica el BCRA, que indica que el tipo de cambio oficial se estaría ubicando alrededor de los 176 pesos para diciembre de 2022, y alcanzaría los 207 pesos en el mes de marzo de 2023. El equipo de Massa pretende corregir durante el primer trimestre del año próximo los desbarajustes de la brecha cambiaria entre dólar oficial y el blue, que ahora se mantienen en un 80%. 

Desde enero del corriente año, la brecha comienza un sendero descendente que se interrumpe de forma abrupta por la incertidumbre política que generó la salida de Martín Guzman, para superar nuevamente el 100%. La llegada de Massa tranquilizó al mercado y desde agosto el dólar retomó el sendero descendente, para ubicarse alrededor del 80% en octubre.

"Si uno tiene 1,9% de déficit, la base monetaria es 4,7% del PBI, no hay posibilidad de financiamiento externo, no hay posibilidad de financiamiento con reservas, el financiamiento interno es un rollover de la deuda, la inflación va a ser del orden del 50%. Y si se quiere manejar eso con controles, no va a funcionar" dijo Rubinstein, quien volvió a hablar bien de lo hecho por Lavagna cuando fue ministro. 

Recordando su paso hace dos décadas por el Palacio de Hacienda, Rubinstein también afirmó que "logramos tener un superávit fiscal primario del 3% del PBI donde ese ahorro del sector público se traducía en el ahorro externo, con una cuenta corriente externa superavitaria del 2% del PBI, con un tipo de cambio unificado, no había brecha, ni controles. Una persona podía comprar dos millones de dólares por mes, hoy 200. Teníamos 30 mil millones de dólares de reservas netas, hoy 6 mil. En esa situación logramos una inflación del 5% anual. Esa economía la logramos, nunca debimos habernos apartado de eso"

Las preocupaciones de Rubinstein por la falta de dólares no son menores, ya que en los países exportadores de materias primas como la Argentina, que tiene gran demanda de insumos del exterior y una productividad industrial relativamente baja, pero gran generadora de empleo, hace que por cada punto que crece la economía, crezcan entre 2 y 3 puntos las importaciones y esto hace que se necesiten dólares y fortalecer las reservas internacionales del BCRA.

La alerta del equipo de Massa se debe a que este año la economía local crecerá el 4 % según el FMI (el Banco Mundial acaba de pronosticar el 4,2%). Y en el 2023 se estima un avance del 2%, con lo que la Argentina necesitará mas dolares. Una restricción externa que cada vez se hace sentir en la vida diaria de los argentinos, pero también en el Congreso.