La idea de que este martes haya una reunión entre el ministro de Economía, Martín Guzmán y los gobernadores y representantes parlamentario de la oposición nació de los propios operadores del Gobernador de Jujuy, el radical Gerardo Morales, de mayor acercamiento con el Gobierno.

Desde el Palacio de Hacienda no desmienten ni confirman la especie. A lo sumo la especie “es algo que se habla en el Congreso. Pero en la (oficina) privada del Ministro, no hay agenda”.

No es la primera vez que desde el Congreso se “impulsa” a Guzmán a tener un contacto con los legisladores, y luego no se concreta.

Luego de que el ministro ingresara el proyecto de Ley de Presupuesto el 2022 en la Cámara de Diputados, el titular del cuerpo, Sergio Massa, lo invitó al mes siguiente para que lo explicará, pero no tuvo respuesta.

Recién Guzmán fue en diciembre, cuando el cuerpo tenían una nueva integración proveniente de las elecciones legislativas de noviembre, con el rechazo ya conocido.

Ahora, el “sector dialoguista” de la UCR quiere que el ministro explique los lineamientos de las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y llegar a un acuerdo antes del 22 de marzo, cuando Argentina deba afrontar pagos por US$ 4.800 millones a ese organismo y al Club de París.

Pero tanto las posiciones internar de Juntos por el Cambio, como del oficialismo hacen que esa sea “una reunión fantasma”, que tal ves se haga, pero tal vez no.

Desde la UCR,  Alfonso Prat Gay apuntó a que “un gobierno que no es capaz en avanzar en un Presupuesto, mal puede lograr un plan plurianual o un plan con el FMI o la oposición”.

Pero el ex ministro de Economía de Mauricio Macri no se quedó sólo con sus críticas sino que también apuntó a las contradicciones que hay dentro del oficialismo al recordar que el proyecto de Ley de Presupuesto 2022 “estuvo tres meses esperando en el Congreso, cuando tenían mayoría, y no lo trataron porque tenían problemas entre ellos”.

“Hay una parte del Gobierno que quiere arreglar (con el Fondo) y hace el ajuste, de mala manera, bajando las jubilaciones, y otra parte que no. Siempre hubo peleas internas e improvisación en el kirchnerismo, pero quedaban de lado porque antes había dinero”, dijo Prat Gay.

Uno de sus predecesor, el senador por la UCR, Martín Lousteau, expresó que “no hay problema de alcanzar un acuerdo, pero tienen que venir con una propuesta realista” y recordó a que la iniciativa presentada por Guzmán en septiembre “contemplaba un financiamiento por US$ 6.000 millones externos adicionales que la propia Oficina del Presupuesto del Congreso dijo que no tenía sustento”.

Desde el lado del kirchnerismo hay voces veladas y otras más claras de rechazo. Por ejemplo, cuando Guzmán dijo que se quería reunión con los líderes de la oposición, “le recordaron” que el Congreso estaba cerrado hasta el 20 de enero.

Desde el kirchnerismo, el gobernador bonaerense Axel Kicillof, aseguró que "no se puede aceptar un ajuste" fiscal como el que pide el Fondo, y del cuál no se conocen detalles.

"Tenemos niveles de pérdida de empleo por la pandemia y por la crisis (anterior) generada por Mauricio Macri que necesita reforzar las políticas activas y que lleguen a los que más necesitan", afirmó la semana pasada Kicillof, a Radio 10.

Mientras tanto, la titular del PRO, Patricia Bullrich dejó en claro que “primero se tienen que poner de acuerdo entre ellos (el Gobierno) porque no sea cosa que jueguen el papel del ‘policía bueno, y el policía malo’, para luego, una de las partes desconocer lo tratado”.

Además, las eventuales restricciones que impliquen un acuerdo con el Fondo deben repartirse de manera ecuánime: “el Gobierno, lo que quiere, es ajustar a la clase media, no a las provincias”, dijo la ex ministro de Seguridad.