Ya pasaron 15 días desde que se realizaron la Audiencias Públicas para debatir el aumento de tarifas de energía eléctrica en Capital Federal y el Gran Buenos Aires, en las que las concesionarias Edenor y Edesur pidieron incrementos de entre 28 y 34%, luego de dos años de “congelamiento”. 

Con esos antecedentes, el Ministro de Economía, Martín Guzmán, a su regreso de Moscú, se reunirá esta semana con el Secretario de Energía, Darío Martínez, para definir cuál será el nivel de aumento, para que no agrave la inflación, que en marzo alcanzó al 4,8%, la mayor desde septiembre del 2019.

Una primera señal la dio el interventor del Enargas, Federico Bernal, el primer aumento de gas durante la gestión de Alberto Fernández será de entre un 6% a 7% en promedio para los usuarios residenciales (hogares) y de 4% para pequeñas y medianas empresas (Pyme)

En tanto, el Gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof, ya tomó la punta y aplicó un incremento del 7% para los usuarios del interior de la provincia. 

En tanto, la interventora del ENRE, Soledad Manín, sostuvo que el incremento en las facturas para los hogares, los comercios y las industrias “tiene que acompañar una recuperación económica y no afectar el poder adquisitivo” de los salarios.  

La funcionaria anticipó en la audiencia pública que se va a implementar una política de “tarifa de transición” por los próximos dos años y señaló que es necesario “dejar dinero en el bolsillo de los argentinos para que puedan volcarlo en el consumo de bienes y servicios”. 

Sin embargo, el retraso tarifario, puede traer aparejado, como ha pasado en años anteriores, cortes de energía cuando la demanda excede la capacidad de distribución, como ocurrió principalmente durante el segundo mandato de Cristina Fernández de Kirchner. 

En ese sentido, el presidente de Edenor, Ricardo Torres, dijo en esa audiencia que la empresa, hace más de dos años que no incorpora el aumento de los costos en los ingresos y, por eso, la distribuidora no tiene fondos suficientes para mantener sus operaciones. “Si nada cambiara este año respecto de la situación de marzo de 2020, los ingresos de Edenor no alcanzarán para cubrir sus compromisos: la compra de energía, los impuestos, los costos de operación y las inversiones”, precisó. 

Junto a esto, las empresas nucleadas en Adeera (distribuidoras), Ageera (generadoras) y Ateera (transportistas) le dijeron a principios de mes al Ministro de Trabajo, Claudio Moroni que “no están en condiciones de ofrecer una propuesta de mejora salarial hasta no tener en claro qué sucederá con sus ingresos”, ante el pedido del sindicato de Luz y Fuerza de un aumento del 29% en los salarios de los trabajadores. 

El precio final que pagan los usuarios en las facturas está compuesto por cuatro variables: el costo de la energía, un 43% del total, distribución 33%; impuestos 23%; y transporte de la energía 1%.