El ministro de Economía, Martín Guzmán viajará el miércoles -si consigue vuelo- a Italia donde participará de la reunión del G-20 y donde se entrevistará con la titular del FMI, Kristalina Georgieva, en un encuentro cargado de rumores disparados por el propio oficialismo.

En la romántica ciudad de Venecia tendrá lugar la tradicional cita que reúne a países desarrollados y “emergentes” en cuyo marco Guzmán volverá a manifestar su apoyo al impuesto del 15% para las multinacionales y pedir que ese gravamen se eleve al 25%.

También allí el ministro se reunirá con Georgieva donde le planteará la necesidad que le rebajen la sobre tasa que pagan los países que accedieron a créditos excepciones, como Argentina.

Hasta ahí, todo lo conocido. Sin embargo, en las últimas 72 horas surgieron del propio oficialismo una serie de versiones, muchas de ellas contrapuestas, sobre un posible arreglo antes de las elecciones para renegociar los U$S44.000 millones que Argentina le adeuda al Fondo Monetario Internacional.

Ya de por sí, la posibilidad de un acuerdo con el organismo antes de las elecciones, es una novedad. Pero a eso se le suma la posibilidad de que Argentina acceda a una serie de créditos, que le permitan refinanciar su deuda, a cambio de la instalación de “industrias verdes”.

En medio de la discusión por el cambio climático que impulsa la propia Georgieva, las fuentes “oficiales” hablan del financiamiento internacional para desarrollar, en el corto plazo, dese autos impulsados por energía eléctrica, pasando por “energías limpias” e ir terminando con las industrias “contaminantes”.

La posibilidad tenía un eco lejano, pero tomó más cuerpo el miércoles cuando el propio Guzmán, en el seminario "Nuevas tecnologías para la transición energética", se preguntó: "¿Quién va a financiar la transformación productiva que países como Argentina y otros de la región necesitan por una cuestión de desarrollo económico y social, y porque en los años que se vienen va a haber un mundo que va a estar penalizando a aquellos que dañan al ambiente?".

En ese contexto, planteó la necesidad de modificar las líneas de crédito de los bancos de desarrollo y organismos multilaterales, con financiamientos de plazos más largos y tasas más bajas.

Estos créditos se unirían a otros que conformen un programa de Facilidades Extendidas, a 10 años, con la posibilidad de que, si se logra un consenso a planes de más largo plazo, Argentina sea tenida en cuenta.

Pero todas las versiones tienen sus “contra versiones” y es la que señala que cualquier acuerdo con el FMI tendrá como condición necesaria no solo un ajuste fiscal -cuya magnitud se desconoce- sino que todas las provincias pongan en regla sus deudas.

Y eso apunta fundamentalmente a la provincia de Buenos Aires, por un total de deuda en default de U$S7100 millones.

La reunión del G-20, donde estarán Guzmán y Georgieva, comenzará el 9 de julio, “Día de la Independencia”, y fecha en que Argentina hará el primer pago de U$S154 millones en concepto de intereses de la deuda reestructurada con los privados en agosto del año pasado.