El Producto Interno Bruto (PIB) podría tener este año un rebote mayor al 8% que se preveía en los últimos meses para alcanzar el 9%. Sin embargo, el frente externo, los desequilibrios que se acumularon durante 2021 y la falta de un acuerdo sostenible con el Fondo Monetario Internacional (FMI) complican el panorama para 2022.

El Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC) informó que en agosto la economía alcanzó y superó levemente los niveles prepandemia de febrero de 2020. No obstante, la recomposición todavía está 1,1% y 3,1% por debajo de los magros niveles de 2019 y 2018, respectivamente.

Por su parte, la consultora Orlando Ferreres consignó en su último reporte mensual de actividad económica que en septiembre se registró un avance de 0,3% mensual en la medición desestacionalizada, logrando anotar dos meses consecutivos de cifras positivas por primera vez en el año. 

“Hacia adelante anticipamos que continuará esta leve tendencia positiva, terminando el año de mejor manera a lo observado durante la primera mitad, aunque puede haber fluctuaciones”, proyectó Ferreres. 

Hay cierto consenso de los analistas sobre la posibilidad de que la economía pueda sostener su ritmo de recuperación hasta diciembre, muchas incluso han corregido sus previsiones en los últimos meses. Por ejemplo, Econviews resaltó que “el piso que dejó agosto es elevado y nos lleva a revisar nuestra expectativa de un rebote del PBI del 8% al 9% para este 2021”.

En esa línea, el Gobierno también prevé un crecimiento mayor al que se plasmó para este año en el proyecto de Presupuesto 2022. Por caso, el ministro de Economía, Martín Guzmán, consideró esta semana en un reportaje que actualmente "la recuperación es fuerte" y adelantó que "no solo se va a cumplir lo pronosticado sino que es posible que sea superior el crecimiento".

El último informe mensual de BBVA Research explicó que la primera mitad del año el PIB mostró un desempeño mejor al esperado, mientras que el proceso de apertura de las restricciones del segundo semestre se mantiene como el principal impulso de la actividad. Ante eso, pronosticaron un rebote del 7,5%, mejorando su proyección anterior (6,5%). 

En tanto, comentaron que el “consumo privado aún permanece débil por la erosión de los salarios reales y un mercado laboral todavía poco dinámico”. “La necesidad de corregir desequilibrios acumulados y el poco dinamismo de la inversión y consumo privados, harán de 2022 un año deslucido (crecimiento del 2,3%) y el PIB regresará a niveles de 2019 recién hacia finales del año”, añadió el BBVA.

“Los riesgos son siempre los mismos: crecer te demanda más dólares, abrir el turismo te demanda más dólares y no tenés un saldo de divisas que te permita sostener el crecimiento. Recordemos que en octubre se restringieron importaciones de insumos para producir”, dijo a Data Clave el director de la consultora Analytica, Claudio Caprarulo.

“El límite vuelven a ser los dólares que tenés. El Gobierno pone un cepo para manejar ese límite, que genera una brecha cambiaria, que a su vez genera dificultades para invertir. Cómo calcula una empresa una tasa de retorno, a qué tipo de cambio se convierten los pesos que ganan en el país las empresas y después tienen que repatriar al exterior”, agregó el economista.

“Entre las amenazas del pronóstico, con el frente sanitario aparentemente bajo control, las mayores dudas las presenta el frente macroeconómico y político, generando incertidumbre sobre la marcha futura de la actividad”, mencionó Ferreres.

Asimismo, Econviews mantuvo su proyección de 2,5% para 2022, por debajo del 4% que espera el Gobierno, a pesar de que el arrastre estadístico de 2021 dejaría un piso de al menos 1%. “La inestabilidad macroeconómica y en particular cambiaria probablemente repercutan en la economía real en el primer semestre del próximo año”, señalaron.

El BBVA Research afirmó que "el acuerdo con el FMI podría traer la respuesta” a diversas cuestiones económicas y financieras que en la actualidad se plantean difusas, tras lo cual remarcó que “aún no hay novedades materiales sobre la negociación" con el organismo multilateral. "Nuestro escenario base contempla la firma de un acuerdo hacia marzo de 2022”, agregó la entidad bancaria.

Para que el programa resultante sea “consistente”, según el informe del BBVA, deberá incluir “la corrección progresiva de los desequilibrios fiscal, monetario y cambiario vigentes, de los precios atrasados (tarifas, tipo de cambio), objetivos de acumulación de reservas y algunas reformas económicas para impulsar el crecimiento genuino”.

“El mundo también está dejando de jugar a favor. Tenés una suba de precios muy alta a nivel internacional. Está el peligro de que Estados Unidos suba la tasa de interés y caigan los precios de las materias primas, que este año nos generó una entrada de divisas que seguramente en 2022 no vamos a tener”, concluyó Caprarulo.