A la falta de gasoil, que complica la logística del campo, ahora se le suma la falta de fertilizantes por la guerra en Ucrania: la caída en la importación desde Rusia ya supera el 20% y compromete la próxima cosecha.

Sobre llovido mojado: a la crisis de hidrocarburos que hace que hoy el gasoil cueste más que la nafta interior del país (El litro de Shell, supera los 145 pesos y los estacioneros pagan los "excedentes" del cupo hasta 70 pesos por litro) ahora se le suma la falta de fertilizantes. 

El problema no es menor, ya que si el consumo de fertilizantes importados se redujese entre un 20% y 30% respecto del año pasado, la factura a pagar por estos insumos podría estar creciendo entre 800 y 1.200 millones de dólares. Los datos surgen de un reciente informe del IERAL que lleva la firma del economista Juan Manuel Garzón.

En este contexto en qué la importación de fertilizantes se convierte en una nueva carga para lograr el tan deseado superávit comercial.

Es que sí cómo se llaman los economista, este año el ingreso  divisas del campo estará en el orden de los 44,5 mil millones de dólares, con un aumento de 6 mil millones de dólares aproximadamente (+16%) de lo exportado en 2021, los 1.200 millones de dólares que se perderán por la importación de fertilizantes que no provengan de Rusia, no permitirán reducir el déficit energético, uno de los problemas más graves qué cursa hoy el gobierno. 

Sin embargo, no todo está perdido: la agroindustria podría generar un adicional de 4.800-5.200 millones de dólares netos este año para afrontar mayores importaciones, entre ellas de gas natural. En realidad el aumento de los precios internacionales de los cereales (trigo, maíz) y aceites (aceite de girasol) no será del todo aprovechado entonces por el gobierno. Pero el daño del impacto del aumento del gasoil y la falta de fertilizantes está aún por verse.

Los números muestran los descalabros que ha traído al mercado internacional la guerra entre Ucrania y Rusia: el trigo, de valer 300 dólares por  tonelada a comienzos de febrero, pasó a cotizar por encima de los 400 dólares por tonelada en marzo; el aceite de girasol, que valía entre 1.400-1.600 dólares por tonelada, vende actualmente en un rango de 2.200-2.300 dólares, el gas natural en Europa (Dutch TTF), que valía 76 euros / MWh cotiza actualmente por encima de los 100 euros / MWh. Todo precios de guerra en un mundo cada vez más lejos de la paz.