El primer año del Gobierno de Javier Milei, que tuvo su objetivo central de alcanzar una estabilización macroeconómica, tuvo una serie de fuertes medidas que provocaron una importante caída en el consumo de alimentos y de otros bienes.

La gestión libertaria tuvo un año vertiginoso en términos económicos que pasó por distintas etapas. Desde una abrupta caída de las ventas mayoristas y minoristas en el comienzo hasta una leve recuperación llegando a fin de año, un mes sensible para el bolsillo de los argentinos por las celebraciones de las fiestas de fin de año.

En el primer trimestre, se registró una suba de la inflación que se mantuvo en niveles de dos dígitos, aunque con un descenso progresivo: enero 20,6%, febrero 13,2% y marzo 11%. Esto se dio por los recortes de subsidios al transporte y la energía, sumado a la reducción de transferencias a las provincias y otro tipo de medidas como la eliminación de los controles de precios.

Esto provocó que haya una contracción del consumo de grandes dimensiones. Se registraron bajas en torno al 30% tanto en las ventas de supermercados y autoservicios, como en comercios minoristas de distintos rubros. Ya a partir de abril, la inflación se redujo a un dígito, hasta llegar al último dato de 2,7% en octubre.

La importante caída del consumo durante el primer año del gobierno de Milei: ¿Hay margen para crecer?

Dentro del IPC de octubre, los alimentos, bebidas y el transporte tuvieron una suba de 1,2%, por debajo del nivel general; sin embargo, el costo de vivienda, agua, electricidad, gas y otros combustibles, es el rubro que más aumentó con un incremento del 5,4% mensual.

Esto provocó importantes cambios en las compras de los hogares, ya que muchas familias achicaron el presupuesto del supermercado y otro tipo de rubros como prendas de vestir y recreación, entre otros. Según las proyecciones, las caídas en el consumo masivo se dieron en los siguientes segmentos: alimentos, bebidas, higiene personal y limpieza

En los primeros tres meses del año, la medición de pobreza llegó alrededor del 55%. Hacia el último trimestre comenzó a verse una desaceleración en la caída del consumo, con un aumento de un 2,9% en las ventas minoristas pyme.

La proyección que hace el Gobierno para 2025 es de una recuperación parcial del salario con respecto a lo que fue 2024. Economistas plantean la posibilidad de que el próximo año haya una tasa mensual de inflación inferior al 1% y una variación interanual menor al 20%. A su vez, se espera que la recuperación económica sea no menor al 5,2%, con una expansión significativa en los sectores del campo, el sector energético y la construcción.