(De la redacción de DATA CLAVE) Una buena cosecha depende del sol, el agua y el viento, pero también de los precios internacionales y los impuestos, y ante la incertidumbre de cuáles serán los costos locales, los productores esperarán hasta último momento para ampliar la zona de siembre, y con ello, aumentar o no las exportaciones.

Así lo hicieron conocer a Data Clave productores rurales, empresarios, y analistas del sector, quienes destacaron que el sector agrícola envió al exterior el año pasado granos aceites, harinas y "desperdicios" – el rubro que más factura- por más de US$ 28.500 millones, representando el 44% de las exportaciones.

Exportaciones argentinas en 2019
Exportaciones argentinas en 2019

Esta entrada de divisas, la principal del país, puede llegar a verse disminuida si las condiciones internas, especialmente el tipo de cambio y los impuestos, no acompañan la siembra.

"La cosecha de trigo y cebada ya está jugada, pero los productores van a esperar hasta último momento para ver si extienden el área sembrar más allá de la zona núcleo para la soja y el maíz, según los precios internacionales, y los costos locales", dijo el Economista Jefe del IERAl, Juan Garzón, en declaraciones a Data Clave.

De manera coincidente, el Gerente Comercial de ADBlick, Leandro Barbieri, explicó que para la cosecha fina, donde está la soja y el maíz, "la zona núcleo se va a cultivar en su totalidad, pero habrá que esperar a septiembre/octubre para ver si se supera ese margen".

Barbieri, apuntó a que para esos meses "sabremos si llegamos a  las 17 millones de hectáreas de soja y las 7,5 millones de maíz, tal como ocurrió en la campaña anterior".

Garzón detalló que la campaña 2020/21 "está arrancando y las siembras de verano, que son las más fuertes, recién arrancan en octubre noviembre. Todavía es muy temprano para calcular cuánto habrá de soja y maíz, pero eso se definirá a último momento".

"El Trigo arrancó relativamente bien, con agua en el suelo, y es importante que acompañe el clima porque si no, no arriesgas. El área fue buena 6,5 millones de hectáreas, es la primera estimación, bastante parecida a la campaña pasada", de 6,8 millones, dijo Garzón quien es también Coordinador del Área agro-industrial del IERAL.

Para dar una muestra de cómo influye la combinación de precios internacionales con costos interno, Garzón recordó que a fines del segundo mandato de Cristina Fernández de Kirchner "el área sembrada no pasaba de las 4 / 4,5 millones de hectáreas resultando uno de los más bajos de los últimos años" debido a las altas retenciones y el valor deprimido del dólar.

La incertidumbre hace peligrar la expansión del área a sembrar y los US$ 28.500 millones en exportaciones

Ahora "la presión tributaria está alta, pero no volvió a los niveles de Cristina Fernández de Kirchner y el tipo de cambio no está bajo, está alrededor de $ 70 pesos (por dólar), a los que le sacan el 12% de retenciones".

En ese sentido, Barbieri le explicó a Data Clave que "a US$ 170 la tonelada de trigo, el productor vende" y que esta esta coyuntura "Brasil se va a llevar alrededor del 45%" de ese cereal, como lo viene haciendo en los últimos años.

Además "en el último año, Argentina logró diversificar sus exportaciones de trigo, y llegar a naciones de África y otros países que eran abastecidos por Australia, que tuvo una fuerte sequía".

Otro integrante de ADBlick, Marcelo Hegel, gerente de Administración y Finanzas, puso como ejemplo de la situación que "los campos buenos se arrendaron temprano y no fue fácil lograr alguna baja en los alquileres que se mantuvieron" en los precios de la campaña anterior.

La empresa que arrienda 40.000 hectáreas en diversas zonas de la provincia de Buenos Aires, reconoció que "se están renovando los alquileres, queda ver qué pasa en las zonas marginales". 

La incertidumbre hace peligrar la expansión del área a sembrar y los US$ 28.500 millones en exportaciones

Lo que vendrá

 Para Garzón, "los precios internacionales están muy volátiles, en el caso de soja comenzó a recuperarse en los últimos dos meses por la demanda China, que pudo superar la Fiebre porcina africana, que le ‘pegó’ a la cría de cerdos, y de allí a la soja que estos comen, y al coronavirus".

"El mundo va hacia una normalidad, soy relativamente optimista. La soja es chino-dependiente, mientras que el maíz depende de la actividad económica global, con mercados más diversificados, y además Estados Unidos tiene una gran superficie sembrada y puede tener una producción y exportación record", explicó el economista del IERAL.

Advirtió que en Argentina "los costos de traslados son muy grandes. La soja vale el doble que el maíz y lo que te cobra el transportista es lo mismo. Así los márgenes en Santa Fe, Córdoba y norte de Buenos Aires,que están cerca de los puertos y los molinos, te permite  ganar 'ahí', pero más allá de esa zona núcleo dependerá de los precios, el tipo de cambio, y derechos de exportación".

"Cuando te vas a las provincias del norte, La Pampa o San Luis, ya comenzás a tener problemas en materia de márgenes", explicó Guzmán.

En tanto, Barbieri se muestra más optimista porque "el mundo va a seguir comiendo, más allá de la crisis, que le va a impactar más a productos manufacturados y que a los alimentos".

"Suponiendo en que estamos en pisos de precios para los productos agropecuarios, este es un partido que debemos jugar. Además, la guerra comercial entre los Estados Unidos y China hace que el país asiático vea al Mercosur. Hay oportunidades desde ese lado", dijo Barbieri, quien destacó que este "es un negocio ‘finito’ en lo que hace a los precios".