La inflación pasó a un nuevo escalón en el marco de la fuerte aceleración de las últimas semanas y los salarios corren riesgo de perder más terreno este año, luego de haber recuperado muy poco en 2021 con pérdidas consecutivas desde 2018. Las perspectivas de las consultoras, y de los gremios, empeoraron sensiblemente por lo que se espera haya una dinámica de renegociaciones que dejaría corriendo de atrás a los asalariados de todos los sectores.

El IPC de junio fue del 5,3%, con una leve aceleración respecto al mes anterior, acumuló 36,2% en el primer semestre y alcanzó una suba de 64% interanual que es el mayor en tres décadas. Para julio el piso que manejan las consultoras es 7%, dejando una fuerte inercia para la segunda mitad del año. 

“Con los sucesos recientes, las perspectivas nominales empeoraron notablemente. Incluso estimando una desaceleración en los últimos cinco meses del año, para estacionarse levemente por debajo del 5% mensual, proyectamos un piso para la inflación de 2022 de 85%, advirtió la consultora Ecolatina.

La inflación alcanzó un nuevo escalón que deja corriendo de atrás a los salarios

Por su parte, ACM proyectó tres escenarios que se acercan mucho a los valores mencionados: uno de una dinámica mensual moderada con una inflación a fin de año del 78%, un escenario medio del 83,2% y uno peor de 90,4%. El último año en esos valores fue 1991, cuando la inflación finalizó en 84%

Desde la consultora Econviews destacaron: “Según el Ripte, el salario promedio crecía al 64% anual en mayo y SIPA tenía 58% en abril, acumulando en torno a 2% real contra 2021. Para fin de año, los vemos entre 75% y 80%. Con el nuevo escenario de inflación terminarían 2% o 2,5% abajo en 2022 dependiendo del índice, pero con un rebote nominal a partir de septiembre, cuando los gremios hagan uso de las revisiones y clausulas gatillo. El Gobierno tiene pocas herramientas para apuntalar los salarios en 2023, fuera de algún decreto de suma fija, y esperamos que se mantengan constantes en términos reales el año que viene”.

A pesar de todo, la peor parte se la llevarán los sectores informales o los gremios con menor capacidad de negociación. “Por más que el poder adquisitivo promedio de los trabajadores formales se encamine a cerrar por quinto año consecutivo en rojo, esta vez entre 0,5% y 1% anual, la trayectoria de los ingresos reales de los trabajadores formales se continúa separando de la del resto de los actores de la sociedad y presenta un significativo y creciente conflicto en un contexto de disputas dentro de la coalición gobernante”, concluyó Ecolatina.