La disparada de los precios de las materias primas genera un beneficio por el lado del ingreso de divisas pero también puede significar una suba en los precios locales de los alimentos. Así lo ve el Gobierno, que trabaja contrarreloj para “desacoplar” los precios internacionales de la economía local a través de los fideicomisos. Del otro lado, el campo expresó su rechazo a la medida.

La invasión de Rusia a Ucrania disparó este jueves el precio de los commodities con la soja arriba de los US$ 600, del trigo en US$ 340, del maíz arriba de los US$ 270, el aceite de soja cerca de los US$ 1.600. A partir de abril o mayo, Argentina podría beneficiarse sobre todo del maíz y la soja.

A este efecto hay que sumar la escalada en el precio del petróleo y el gas, que vienen desde la salida de la pandemia y podrían acelerarse con el conflicto bélico en Ucrania. Para Argentina, eso significará un mayor costo energético que deviene en mayores necesidades para cubrir los subsidios en el marco de las negociaciones con el FMI en la que la reducción de los mismos es un pedido del organismo multilateral.

En cuanto a los granos, la presión podría comenzar a sentirse en el mercado interno. La inflación se aceleró en los últimos meses y en enero los alimentos arrojaron un alza de 4,9% por encima del índice general que marcó 3,9%. 

Si bien es cierto que las principales subas se vienen manifestando en productos como frutas y verduras, hay un peligro de que las subas de los commodities impacten en otros rubros. Es el caso de la carne, el pollo, los lácteos, entre otros, ya que los animales se alimentan a base de maíz.

Por su parte, el secretario de Comercio Interior, Roberto Feletti, ya confirmó que avanzará en la implementación de fideicomisos para el maíz y el trigo con la intención de desacoplar los precios internos de los internacionales.

Feletti prevé un mecanismo para recaudar cerca de US$ 25 millones de exportaciones de trigo y maíz para que se compren fideos y harina y, luego, subsidiar las ventas internas de fideos y el paquete de harina de un kilo 000.

Desde la Cámara de la Industria Aceitera y el Centro de Exportadores de Cereales (Ciara-CEC), Gustavo Idígoras, confirmó la decisión de Feletti y el rechazo a la medida. “Más allá del debate sobre la situación social de Argentina, que todos compartimos, este no es el mejor mecanismo y hay otros que dan mejores resultados”, había comentado. 

Por su parte, las “Mesas Intersectoriales de Maíz y Trigo” reiteraron el rechazo a la constitución de un fideicomiso y señalaron que esa herramienta puede afectar la previsibilidad en la cadena.

La Bolsa de Cereales de Buenos Aires también emitió un comunicado y reiteró su rechazo a las medidas, a las que consideró “un estímulo negativo para la cadena productiva”. Sería más eficiente, dijeron, implementar alternativas para subsidiar la demanda y no la oferta. 

Asimismo, la Bolsa señaló que la implementación de medidas de similares características en la historia reciente no fueron eficaces para contener los precios de los productos de la canasta básica que perseguían como objetivo.