El Ministro de Economía, Martín Guzmán, viajará el lunes 12 de abril a Europa en busca de un aval que le permita a Argentina negociar con el FMI un acuerdo a 20 años, ya que la deuda de US$ 45.000 millones que el país mantiene con el organismo “es impagable” en la mitad de ese tiempo, según el Gobierno.

Con esa negociación, Guzmán buscará también postergar los US$ 2.500 millones que venden del Club de París en mayo y cuyos principales accionistas están en Europa. Sin embargo, desde la oposición ya pusieron en duda en que el Fondo Monetario Internacional (FMI) otorgue un plan de pagos más allá de 10 años, tal como lo establece su carta orgánica, e incluso, de conseguirlo, deberá contar con la aprobación del Congreso. 

La oposición duda sobre un acuerdo a largo plazo con el FMI y pone condiciones para su aceptación 

El primero en advertirlo fue ex representante argentino ante el FMI, Héctor Torres, quien calificó como “totalmente errada” la estrategia “de crear un policía malo”, para negociar con el organismo y apuntó a la necesidad de una política exterior equilibrada en medio de las tensiones entre Estados Unidos y China. 

Para Torres “el policía malo, en este caso sería la vicepresidenta (Cristina Fernández de Kirchner), quien le daría más crédito a la negociación del policía bueno, que sería (el ministro de Economía) Martín Guzmán”.  “Es una estrategia de negociación muy básica. Diciendo: ´arreglen con Guzmán porque si no viene Cristina que es peor. Si eso es lo que pretenden, es totalmente errado”, dijo Torres en declaraciones a la prensa.  Pero esa estrategia es ineficiente “primero porque el policía bueno (Guzmán) es un subordinado del policía malo (Fernández de Kirchner), no es un par, con lo cual si el policía malo manda un mensaje en realidad vale más que el del policía bueno”. Por el otro lado, Torres no cree que "Argentina esté en condiciones de asustar al Fondo o al Tesoro de Estados Unidos o a sus vecinos, porque hemos perdido algo que es muy importante en la negociación, que es la capacidad de contagiar”. 

“La crisis económica de Argentina no contagia y la prueba está en que hasta los vecinos más cercanos están tomando dinero a tasas históricamente bajas, pese a que las nuestras son históricamente altas”, destacó el ex representante argentino durante el gobierno de Mauricio Macri. 

Consideró además que la posibilidad de que el Fondo cambie su reglamento para otorgar créditos a 20 años y amenores tasas “no es imposible, pero eso requeriría mayorías calificadas que no creo que estemos en capacidad de conseguir, mucho menos con una política exterior que indica un rumbo que se aleja de los que quieren votos mayoritarios en el Fondo”. 

De esta manera Torres se refirió a la decisión de Argentina de salir del Grupo de Lima, en momentos en que Guzmán se encontraba negociando una ayuda de parte del Tesoro de los Estados Unidos. 

Por su parte Jorge Macri, adelantó la semana pasada que “cualquier acuerdo que el Gobierno logre con el Fondo, será analizado por los técnicos de nuestro partido, del radicalismo y de la Coalición Cívica”. 

El intendente de Vicente López, quien mantiene un diálogo fluido con su primo, el ex presidente Mauricio Macri, adelantó que la oposición “no va a aprobar cualquier cosa” que traiga el Gobierno, “ya que hay que definir cómo se va a pagar, de dónde saldrán los recursos, y cómo vamos a crecer” para obtenerlos.  

En medio de este panorama, un reciente informe de la consultora Quantum, advirtió que los actuales precios de los títulos, en el orden del 33%, están en niveles que “pueden compararse con bonos non performing”  debido a que, “tendrían una alta posibilidad de que se vuelvan a reestructurar”. 

Las razones de ese mal desempeño de los títulos argentinos, que tras la restructuración de la deuda en septiembre estaban al 55%, se debe a la “confusión generalizada” sobre el rumbo económico, la “extraordinaria baja liquidez” de los bonos y el “riesgo de crédito” en todos los países emergentes, advirtió la consultora del ex ministro de Finanzas, Daniel Marx. 

“Para los inversores la falta de definiciones aumenta el riesgo de que Argentina deba volver a reestructurar la deuda con los acreedores privados una vez transcurrido el período de gracia”, advirtió Quantum.