Mientras el Gobierno negocia con el staff técnico del Fondo Monetario Internacional (FMI) una flexibilización en el objetivo de reservas del Banco Central (BCRA), aparecen nuevos datos (negativos) de la economía, producto sobre todo de la sequía, que suman más presión a otra meta que Argentina acordó con el organismo internacional. 

Por segundo mes consecutivo, la recaudación tributaria subió por debajo de la inflación en febrero, es decir cayó en términos reales, lo que complica a la performance de las cuentas públicas de acuerdo con las metas comprometidas con el FMI. 

La recaudación nacional creció 82,3% en forma interanual, según informó AFIP, casi 20 puntos por debajo de la inflación esperada para el mes pasado (ya arriba del 100% en los últimos 12 meses). De acuerdo con estimaciones privadas, la caída real rozaría el 10%, el mayor retroceso en mucho tiempo. Con cual el nivel del gasto público de febrero deberá compensar esta contracción real de la recaudación, para que Argentina cumpla con la meta de déficit fiscal primario acordada con el FMI. 

La recaudación que más cayó fue la de Derechos de Exportación, que lo habría hecho en un 78,1% real interanual, según estimaciones del economista del IARAF, Nadín Argañaraz. El IVA, lo que refleja el nivel de consumo, tuvo un aumento real del 2,9%, mientras que Ganancias sufrió una caída del 4,9% real, y Seguridad Social mostró un incremento real del 1%. 

En febrero se profundizó la caída de los ingresos por retenciones, con una reducción nominal del 55,9% anual y del 25,2% mensual, afectados por un fuerte retroceso de las exportaciones del complejo agroexportador (-74% anual), ante las condiciones climáticas adversas, que deterioraron fuertemente la producción agrícola 2022/2023. 

“El impacto de la caída de la recaudación de derechos de exportación, además de ser significativa, impacta directamente en el financiamiento del Tesoro Nacional, dado que es un tributo no coparticipable”, advirtió Argañaraz. 

El menor ingreso de dólares obligó al Banco Central y al Gobierno, a cerrar un poco más el cepo para las empresas, lo que se reflejó en la performance de los derechos de importación, que también crecieron muy por debajo de la inflación (47,9% anual, o sea más de 50 puntos menos que el IPC proyectado en febrero). 

Esto anticipa una nueva caída de las importaciones en febrero, necesaria para reducir el desequilibrio en el balance comercial de bienes, aunque también tendrá un impacto directo sobre el crecimiento de la economía. 

En los impuestos relacionados con la actividad local, sobresalió el crecimiento por encima de la inflación del IVA impositivo (138% anual), los Impuestos a la Seguridad Social (103,2%) , y el Impuesto al Cheque (101,1% anual). 

Por su parte, Ganancias (subió 91,4% anual) siguió afectado por la disminución del adelanto extraordinario a grandes empresas. 

Por viajes al exterior, y compra de dólar ahorro (en menor medida), el Impuesto País retomó su trayectoria alcista en febrero, al crecer 7,8% mensual y 95,1% anual. Esto “implica gastos en el exterior por alrededor de U$S 650 millones”, según un cálculo de Delphos Investment. 

En resumen, la recaudación refleja otro mes de fuerte debilidad del comercio exterior (enero mostró un déficit en la balanza comercial), con exportaciones e importaciones cayendo y la fortaleza relativa de los tributos relacionados con la actividad local. Pero también se advierten nuevos signos de desaceleración de la actividad económica, que comenzó en diciembre según los datos oficiales del INDEC. 

La performance de febrero hizo que el primer bimestre del año muestre una caída interanual de la recaudación total de impuestos nacionales del orden del 6% en términos reales, según el IARAF. Así, este bimestre habría iniciado con caída real de recaudación, luego de dos años seguidos en los que se empezó con aumentos reales interanuales El tributo que mayor caída real registró en el primer bimestre es Derechos de Exportación (-67,8% real), lo que impacta plenamente en el fisco nacional. Entro otros factores, la sequía está restringiendo las ventas externas y consecuentemente la recaudación de los tributos relacionados.