Los aumentos de precios siguen dando de qué hablar y presionan los bolsillos de los argentinos. Este viernes se conocerá la inflación de septiembre, que estará un poco por debajo del 7% que había marcado agosto, pero ya octubre comenzó con un fuerte salto en los alimentos. Mientras, el Gobierno retrasa el bono para sectores vulnerables en medio de la suba en la indigencia y el FMI advierte por el malhumor social para los próximos meses.

La consultora LCG informó que los alimentos aumentaron en la primera semana de octubre 2,82%, acelerando 1,74 puntos porcentuales respecto a los siete días precios. El informe elaborado por la consultora apuntó que con este alza, el índice de alimentos y bebidas presentó una inflación mensual de 8% promedio en las últimas 4 semanas y 8% punta a punta en el mismo periodo.

Con un 7,4%, los productos de panificación, cereales y pastas lideraron los incrementos semanales, acompañados por otros cinco rubros que se ubican arriba del promedio general del 2,82%: lácteos y huevos (5,9%), verduras (4,6%), condimentos y otros productos alimenticios (3,7%), bebidas e infusiones para consumir en el hogar (3,2%) y frutas (3%).

En medición mensual, los productos lácteos y huevos, con el 11,3%, desplazaron al segundo puesto a las verduras (10,2%), en tanto hubo dos rubros más por encima del promedio general del 8%: azúcar, miel, dulces y cacao (9,2%) y aceites (8,5%).

Mientras que en la primera semana de octubre los alimentos no dieron tregua, este viernes el Indec informará el IPC correspondiente a septiembre, el cual los analistas ubican poco por debajo del 7% que había marcado agosto. Hasta el octavo mes la inflación acumulaba 56,4% en el año y 78,5% en los últimos doce meses.

En el Ministerio de Economía confían en que la baja será más pronunciada el año que viene que durante estos últimos meses de 2022. Pero el FMI advirtió en su reporte del viernes sobre peligros de un nuevo salto: "Persisten importantes riesgos al alza, que reflejan los desafíos inusuales de la alta inercia y las expectativas de inflación no ancladas, así como el impacto de las políticas destinadas a corregir los desajustes de precios relativos (por ejemplo, energía) y apuntalar la competitividad del tipo de cambio real".

El Staff Report proyectó que el IPC caerá "muy gradualmente" en este trimestre, desde cerca del 5% mensual hasta el 3,5% para finales de 2023, lo que daría como resultado un acumulado del 60% para el año que viene. Esa pauta resulta optimista respecto a las expectativas del mercado: el último REM arrojó un piso de más de 6% para los próximos meses.

En ese marco, el organismo apuntó que el enfriamiento de la economía, la alta inflación y las elecciones del año que viene ponen en riesgo la implementación del acuerdo pactado en marzo, que fue ratificado por el Gobierno. También señalan la posibilidad de crecimiento del malhumor social.