En el medio de la desesperación de pleno octubre, cuando la brecha cambiaria se duplicaba, el Ministro de Economía, Martín Guzmán, y todo el gabinete económico realizaron varias promesas. El tan nombrado giro a la ortodoxia fue hasta el momento un conjunto de anuncios sobre los cuales no vemos cumplimiento, serán difíciles de honrar y ya empiezan a incomodar. Mark Twain una vez dijo “mejor una promesa rota que ninguna” y el gabinete económico parece que se lo tomó muy en serio.

En esa avalancha de anuncios el Ministro defendió una inflación del 29% para 2021, una reducción del financiamiento monetario del BCRA al Tesoro a través de adelantos transitorios, un desafío a la propia meta fiscal del 2021 un presupuesto plurianual, un incremento en el gasto en obra pública para reactivar la economía al tiempo que se ajustan otras partidas y se elimina todo el gasto relacionado con el COVID-19, un descongelamiento de precios y tarifas, una estrategia para normalizar el mercado cambiario, y una nueva fórmula de movilidad que promete mejorar el poder adquisitivo de las jubilaciones a la vez que garantiza la sostenibilidad del sistema previsional, entre otras.

Los agentes guían su comportamiento de acuerdo a sus expectativas. Los anuncios, sumados a otros manejos menos claros, lograron frenar lo que era el ingreso a un régimen de alta inflación Al fin y al cabo M King (Governor Bank of England) tenía un punto cuando en 2005 en su famoso discurso de junio resaltó el rol de las expectativas para guiar el comportamiento. La teoría de D10S para explicar la política monetaria era un juego de expectativas, ¿qué jugador podría haber esquivado medio equipo rival corriendo en línea recta si no era porque todo rival inglés sabía de las posibilidades, habilidades y herramientas del capitán argentino de encarar ya sea para afuera o para adentro?

Guzmán lanzó promesas como si tuviera la habilidad del 10. Sucede que, sin subestimar al Ministro, no tiene los recursos, experiencia y credibilidad que eso demanda. Y el público, más temprano que tarde, empezará a desconfiar de la capacidad del equipo económico para atravesar un año entero a pura expectativa y promesa. Para lograr pasar más de 5 jugadores en línea recta, Maradona había demostrado que podía hacer lo que quería con la pelota en sus pies Seguramente, si el Checho Batista hubiese corrido en línea recta no duraba más de 3 metros.

Como se vio, en noviembre se emitieron $150.000 millones para financiar al Tesoro vía transferencia de utilidades Utilidades ficticias generadas por la martingala de valuar las Letras Intransferibles a valor técnico a fines de diciembre 2019. La inflación ya está navegando a una velocidad del 3,5%-4% mensual aun cuando la actualización de tarifas no comenzó. Un jugador un poco tosco.

Mención aparte, llama la atención la naturalización de estos fenómenos en el país analistas y periodistas escriben sobre la calma cambiaria cuando convivimos con una brecha entre el tipo de cambio oficial y el dólar libre que ronda el 80%.

El riesgo país en 1.400 puntos básicos después de la exitosa (sic) reestructuración no parece si quiera alertar al público. La falta de rendición de cuentas también es llamativa: no se exige un plan anti inflacionario, no se exige el programa macroeconómico integral, y en breve ya nos olvidaremos del Presupuesto Plurianual.

La gran incógnita: la inflación del 29% del Presupuesto, ¿será guía al menos parcial para fijar precios, salarios y otros contratos?

Ese discurso de King pasó a la historia por la analogía que hizo 19 años después del gol del siglo (hay heridas que duelen incluso después de cicatrizar). El fin del alargamiento de los ciclos mediante “easing” monetario colapsó 2 años después, ningún banquero central logró lo que hizo Maradona.

Pero en ese mismo discurso M. King advirtió acerca del primer gol del mismo partido. Todo lo contrario, discrecionalidad, comportamiento inesperado y hasta tramposo, un conjunto de mística y misterio. Los dos goles contaron por igual, pero sin dudas no se pudo haber ganado un Mundial a puro manotazos.

Maradona (incluso con Messi) no pudo con la Alemania del Mundial 2010. Curiosamente, es ahora la canciller Angela Merkel, la que el jueves pidió un real compromiso de la Argentina para recuperar la confianza en el país.

Sucede que se puede gastar lo que no se tiene en economía, excepto la credibilidad, esta no se puede pedir prestada. Para ir ganándola el Ministro deberá ir dando muestras de cumplimiento de su palabra. El problema es que fueron muchas promesas. Si no hay herramientas, mejor callar. Como reza el tema de SUMO, “mejor no hablar de ciertas cosas”.