La Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas (FIEL) advirtió que las pautas de inflación oficiales, entre un mínimo del 35% y un máximo de 45%, “serán superadas por la realidad”.

“Las bajas expectativas de cumplimiento del acuerdo con el FMI en materia fiscal y monetaria -agravadas por la guerra en Europa-, la elevada inflación en el punto de partida, la necesidad de recomponer algunos precios relativos luego del fracaso de las anclas nominales “electorales”, son algunos de los elementos que sugieren que, una vez más, las pautas de inflación oficiales serán superadas por la realidad”, destacó FIEL a través de un informe.

En la anunciada “guerra contra la inflación” del mediados de marzo , “el punto de partida es muy malo. El 4.7% de inflación de febrero sería seguido por un registro todavía más alto en marzo”, destacó la entidad que dirige Daniel Artana, sin precisar la cifra.

Si bien esta aceleración de la inflación “responde a errores del pasado, en particular a la fuerte expansión fiscal y monetaria del segundo semestre de 2021, no deja de complicar hacia el futuro porque afecta la inercia y las expectativas”.

Las bajas expectativas en materia fiscal y monetaria, “el fracaso de las anclas nominales y tener que recomponer precios relativos, sugieren que las pautas de inflación oficiales serán superadas por la realidad”.

"El acuerdo firmado con el Fondo Monetario Internacional (FMI) modifica las anclas que el gobierno utilizó (fallidamente) durante el período electoral”, dijo FIEL en relación al retraso del tipo de cambio, el congelamiento de tarifas de servicios públicos y la emisión monetaria para financiar los gastos del estado y brindar más subsidios.

La casa de estudios recordó que entre diciembre de 2020 y junio de 2021, el tipo de cambio oficial se depreció algo más del 15%, mientras que entre junio y diciembre de 2021 la devaluación fue inferior al 7%. 

Pero ahora "el ancla cambiaria no podrá ser utilizada más por el gobierno que se comprometió a evitar que el tipo de cambio real se aprecie desde los niveles observados a finales del año pasado”.

La segunda ancla utilizada en 2021 fueron las tarifas de energía que aumentaron sólo 9% durante el año. Ahora, el acuerdo apunta a que “sólo los usuarios de menores recursos tendrán un aumento del orden del 20%; la mayoría de los consumidores, uno del 42% y los de altos ingresos, uno cuatro veces superior”.

Incluso, “no se sabe si las urgencias fiscales no forzarán el Gobierno nacional a ir incluso por encima” de esos aumentos.

Por último, los controles de precios más intrusivos desde el cambio de autoridades en la Secretaría de Comercio parecería que seguirán, “aunque su eficacia se resiente a medida que pasa el tiempo”.

FIEL recuerda que el programa consensuado con el FMI “pone el foco en la reducción del déficit fiscal que, junto con una mayor colocación de deuda en el mercado local de capitales, permitiría reducir en mayor proporción la emisión del BCRA para el Tesoro Nacional”. 

Además, “la tasa de interés debería ser positiva en términos reales. Si bien con reducciones menos agresivas es un ‘deja-vou’ del acuerdo stand by de 2018. Una política fiscal y monetaria más austeras son cruciales para reducir la inflación, pero se parte de niveles muy altos, con baja credibilidad en el gobierno y expectativas de que no se cumplirá lo pactado”.

Además, la invasión de Rusia a Ucrania ha modificado el escenario internacional y ha puesto en el mayor costo de la energía importada.

Sin embargo, si se observan los precios actuales se puede ver que han aumentado tanto el precio del petróleo y del gas natural como los precios de las commodities agrícolas. 

“Hay mucha incertidumbre sobre el impacto en la disponibilidad de otros insumos, en particular de fertilizantes que pueden generar efectos negativos adicionales a nuestra producción agrícola”, advirtió FIEL. 

En cualquier caso, “un shock estanflacionario como el generado por la guerra pone, en el corto plazo, algo de presión adicional a la inflación doméstica”.