La inestabilidad cambiaria que se profundizó a partir de mediados de septiembre luego de que el Banco Central ampliara el cepo cambiario a más ahorristas y a más empresas pareció encontrar cierta tregua desde fines del mes pasado, a partir de una mega licitación de bonos, que logró aspirar varios miles de millones de pesos de la plaza, y de un giro en la estrategia por parte del ministro de Economía, Martín Guzmán, para enfrentar la crisis, plasmado en un conjunto de señales fiscales y monetarias, que fueron en la dirección correcta de lo pedía el mercado.

Pero dichas muestras oficiales debieron ser acompañadas por una intervención estricta por parte del ANSES y el BCRA en el mercado de bonos para frenar y revertir la tendencia alcista de los dólares financieros que, en el lapso de tres de semanas, pasaron de $181 a $145,50 (-20%) en el caso del “contado con liqui”, y de $163 a $141 (-13,5%) en el caso del dólar MEP o Bolsa.

Estos signos de cierta distensión en el frente cambiario fueron apuntalados en las últimas semanas por un mejor clima financiero global ante la resolución de la puja electoral en EEUU y de los primeros anuncios promisorios para las vacunas contra el Covid-19.

Aún con varios focos de presión como lo son la todavía alta brecha cambiaria (entre el 115% con el blue, y el 77% con el MEP), el rebote del dólar paralelo en la última semana, y el goteo diario de reservas, comienzan a aparecer algunas oportunidades de inversión para aquellos ahorristas con liquidez en dólares, que pretendan conseguir cierta rentabilidad, y tengan en su ADN algunas dosis de tolerancia al riesgo.

Siempre es bueno recordar el hecho de que la tenencia de dólares en las cajas de ahorro o debajo del colchón no generan renta per se, y a la vez, también sufren una cierta desvalorización por la inflación que impera en EEUU (hoy en el 1,2% anual, bastante por debajo del objetivo de 2% fijado por la Reserva Federal).

Alternativas para inversores conservadores

Actualmente, los inversores más conservadores con dólares líquidos se encuentran con pocas posibilidades atractivas de colocación. “Las alternativas en dólares que existen en el mercado son escasas, porque la tasa libre de riesgo americana es casi 0”, dice a Data Clave Santiago Abdala, director de Portfolio Personal Inversiones (PPI).

En la misma línea, Camilo Cisera, estratega en Cohen, afirma a este medio que la tasa que pagan los bonos del Tesoro Americano “es inferior a la inflación y además acarrea el riesgo de que un brote inflacionario castigue fuertemente el precio”.

Frente a este panorama, hoy las alternativas más conservadoras en dólares “se concentran 100% en Fondos Comunes de Inversión (FCI) de bonos latinoamericanos”, remarca Abdala. Los FCI se pueden suscribir desde los homebanking de bancos o sociedades de bolsa, y representan una buena opción para quienes buscan introducirse en el mercado bursátil sin demasiadas complicaciones y riesgos.

“En Invertir En Bolsa (IEB) contamos con un fondo de este segmento que invierte en activos de deuda soberana y corporativa de países de Latinoamérica, como, por ejemplo, empresas chilenas y brasileras, deuda de Chile y de Brasil y otros países como el Perú o Colombia”, explica a Data Clave Federico Broggi, research en Invertir en Bolsa (IEB).

Con el triunfo de Joe Biden en EEUU, las perspectivas para estos activos son positivas ya que se espera que el demócrata tenga un mejor trato con Latinoamérica del que tuvo Trump. “Dentro de su esquema de políticas se puede proyectar que el Dollar Index (dólar frente al resto de las principales monedas) podría debilitarse, favoreciendo una suba en los precios de los commodities, que los principales bienes que exportan los países emergentes de Latinoamérica”, agrega Broggi.

Ante las limitadas opciones de inversiones en dólares para conservadores, Cisera sugiere elaborar “estrategias de tipo barbell”, en que “el 80% del capital se mantiene líquido, aprovechando el bajo costo de oportunidad, y el 20% restante se destina, por ejemplo, a ETFs (fondos cotizados), que replican al S&P500”.  Los fondos cotizados o ETF (Exchanged Traded Fund por sus siglas en inglés) son un vehículo de inversión cuyo objetivo es replicar el comportamiento de los activos que componen un índice bursátil, ya sea de renta fija, variable, divisas o materias primas u otros activos financieros. Un ETF puede comprarse o venderse de la misma forma que una acción, a través de un corredor o agente de bolsa. Permiten la diversificación de los FCI y la facilidad de transacción de las acciones. Para operar ETFs es necesario contar con una cuenta de inversión en EEUU, cuya apertura es gestionada desde Argentina a través de varios agentes de bolsa que ofrecen esta posibilidad.

De esta manera, se puede obtener una rentabilidad esperada interesante arriesgando solo 20% del capital, con lo cual una baja importante de las acciones norteamericanas impacta de manera reducida. El mejor ejemplo lo vimos durante marzo de este año, cuando la bolsa norteamericana se desplomó 34% en un mes, en lo que fue la baja más rápida de la historia. “Para quienes tenían sólo 20% de la cartera en acciones implicó una pérdida de ´solamente´ 6,8%, lo cual es menor a la baja que experimentó cualquier instrumento de renta fija local en Argentina”, calcula el estratega en Cohen. Bien vale recordar además que el S&P 500 subió a un promedio de 10% anual en los últimos 100 años, por lo que la rentabilidad esperada por tener 20% del capital en el mismo es de 2% anual.

Alternativas para inversores arriesgados

Para aquel inversor que sea más optimista sobre el futuro económico de Argentina y que esté dispuesto a tener riesgo de nuestro país dentro de su cartera, los analistas recomiendan los bonos soberanos en dólares, que se encuentran con paridades bajas y con rendimientos realmente muy atractivos.

“A nosotros particularmente nos gusta el Bonar 2030 (AL30D) que, producto de las intervenciones sobre los dólares financieros por parte de organismos oficiales, sufrió un castigo mayor en su precio respecto a sus pares y hoy está rindiendo un 17% en dólares”, indica Broggi. Si en 2021, este bono llega a rendir también un 17%, en un año debería tener una suba del 15% por lo menos, es decir, se lleva todo el carry trade. “El Bonar 2030 fue muy castigado. Para tomar dimensión de esa baja vale mencionar, por ejemplo, el caso del Bonar 2029 (AL29D), que tiene prácticamente la misma duration, pero está rindiendo 14%, es decir, que el castigo sobre el AL30 es de un 30% mayor que el otro”, comenta el research en Invertir en Bolsa (IEB).

Por su parte, el director de Portfolio Personal Inversiones (PPI) considera que “entre las alternativas en dólares para inversores con más apetito de riesgo, ponderamos la deuda argentina, que ha sido muy castigada, pero que hoy encontramos atractivo en la parte más larga de la curva de rendimientos”. Una alternativa a la compra directa de bonos son los FCI de renta fija, que estén compuestos por títulos en dólares de Argentina.

Por último, una estrategia que brinda un retorno interesante junto con protección frente a la inflación de EEUU, es la de comprar ETFs que invierten en real estate. “Las propiedades administradas brindan cobertura contra la inflación mientras que los alquileres se distribuyen en forma de dividendos. A modo de ejemplo, el ETF VNQ, que provee Vanguard, ofrece una tasa de 3,6% anual y está diversificado en 182 holdings de inmuebles en Estados Unidos”, cuenta Cisera.