El desempleo en Argentina se ubicó para el tercer trimestre del 2021 en su nivel más bajo de los últimos cuatro años, en línea con el proceso de recuperación económica. Sin embargo, detrás de esa cifra se encuentra una mayor precarización del mercado laboral que se incrementó considerablemente en los últimos años.

Según datos del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec), hasta el período julio-septiembre último, de la población que estaba ocupada el 72% eran asalariados, de los cuales el 33,1% no contaba con descuento jubilatorio, es decir, no estaba registrado. Por otra parte, el 23,3% trabajaban por cuenta propia, en mayor medida con monotributo bajo una cierta relación de dependencia.

Para tener en cuenta, el porcentaje de trabajadores “informales” era del 28,7% en el mismo período del año pasado. Por tanto, la cantidad de empleados no registrados creció 4,3 puntos porcentuales (p.p.) en los últimos 12 meses.

En este sentido, la consultora Ecolatina coincidió en que el impacto de la recuperación de la economía en el mercado laboral viene por el lado de los informales y el cuentapropismo. “Si comparamos con el primer semestre del año, el crecimiento de 3,6% del PIB (desestacionalizado) durante el tercer trimestre generó más de 420.000 puestos de trabajo, de los cuales sólo 1 de 4 estaba enmarcado dentro de los asalariados formales, ilustraron .

Buena parte de esta dinámica está vinculada al fin de restricciones en muchas actividades comerciales, un sector típicamente asociado a una mayor informalidad. Al ver la composición de los puestos de trabajo, casi la mitad de la mejora del empleo se explica por este sector. 

Sin embargo, también se relaciona con que las modalidades de trabajo más precarias son las que más sufrieron no solamente la pandemia sino el cimbronazo post-PASO 2019 luego de la crisis cambiaria que comenzó en 2018 bajo el gobierno de Mauricio Macri. “Si miramos el comportamiento del empleo desde entonces, encontramos lo inverso: tres de cada cuatro de los 470.000 empleos creados son asalariados formales”, añadió la consultora.

En concreto será de esperar que el ritmo del mercado laboral sea marcado por los informales en los próximos meses, porque les queda terreno perdido en los últimos años por recuperar, ya que se encuentra 5% debajo del promedio de 2019.

“El cuentapropismo (+13,9% interanual), que si bien exhibe una mejora de casi 10% en relación a 2019, es una tendencia global impulsada por las nuevas tecnologías y exacerbada, en nuestro país, por la necesidad de apuntalar los ingresos reales familiares, consideró Ecolatina.

Es una buena noticia que se haya recuperado el empleo perdido durante la pandemia. La pérdida fue de 2,5 millones de puestos de trabajo en el segundo trimestre de 2020, cuando todavía estaba vigente la cuarentena más estricta.

“En línea con la recuperación de la actividad, la creación de empleo en el último año sumó poco más de 2,7 millones trabajadores, 200.000 puestos más que los perdidos por efecto de la pandemia (contemplando el ajuste por crecimiento vegetativo)”, destacó LCG.

De cara a 2022, la principal condición necesaria para sostener un proceso de recuperación del empleo será el crecimiento económico. La tasa de ocupación (42,9%) recuperó niveles prepandemia y se ubica en niveles semejantes a los de promedio de 2012-2013, un nivel nada despreciable en el contexto actual. 

Sin embargo, será preciso generar las condiciones para revertir una tendencia "precarizadora" del mercado laboral. Los salarios de los sectores informales o de “baja calidad” suelen ser más bajos que los del mercado, que de por sí llevan tres años consecutivos de caídas. Sin mejora de ingresos, que se diluyen ante una inflación del 50% anual, no será sostenible la recuperación de la economía.