(De la Redacción de Data Clave). El congelamiento de las tarifas de los servicios y del precio de los combustibles hizo que el Índice de Precios Minorista subiera solo el 2,2% durante junio. El Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) informó hoy que esta suba del 2,2%, superior a la que preveía el mercado financiero, estuvo marcada por un aumento del 2,9% en los “bienes” y de solo el 0,9% en el caso de los “Servicios”.

Si bien a fuerza de acuerdo de precios, el rubro Alimentos y Bebidas aumentó 1%, por debajo de la media, lo cierto es que las subas de sectores como Prendas de Vestir (6,5) o Equipamiento y mantenimiento para el hogar (4,1), llevaron el valor hacia la suba. El aumento del 2,2% de la inflación durante junio, estuvo por sobre el 2 % de que habían estimado las consultoras y bancos que participaron en el Relevamiento de Expectativas del Mercado (REM), que realiza el Banco Central.

El economista Gabriel Camaño, de la Consultora Ledesma, admitió que esperaba una suba menor a 2%, y que “lo que pasó es que el Indec comenzó a medir valores que antes no relevaba, como Recreación y Cultura, y cuando vuelven, esos precios vuelven recargados”. “Esto puede pasar en los meses siguientes porque cuando regresen esas actividades, muestren una recuperación respecto a los meses siguientes”, advirtió Camaño en declaraciones a Data Clave.

El economista advirtió que el índice “se volvió a ubicar arriba del 2% con precios que están volviendo (a registrarse), y a pesar de una bruta caída de la actividad, con dólar controlado con cepo mediante, controlando el ritmo de devaluación de parte del Banco Central, y tarifas congeladas desde hace un año”. Sin embargo, destacó que el rubro Alimentos y Bebidas “esté tranquilo, es bueno para el IPC, porque hace difícil que se vaya más arriba del 2%”. 

Con este aumento, el primer semestre cerró con un alza del 13,6% y en los últimos doce meses alcanzó al 42,8%. Aún así, “13,6% de suba de precios en lo que va del año, se da en medio de una fuerte retracción de la economía, con controles cambiarios, tarifas de servicios públicos congeladas, precios clave bajo acuerdo, petróleo a la baja”, apuntó el economista Martín Kalos, director de la consultora EPyCA.

En el segundo trimestre la inflación minorista continuó reduciéndose, promediando 1,8% mensual, en un contexto marcado por los efectos de la pandemia de COVID-19. Durante el segundo trimestre, los precios de los bienes promediaron subas por encima de los servicios, pero ambos agrupamientos se desaceleraron respecto a los primeros meses del año. La mayor desaceleración se dio en los servicios.